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Ya estamos abajo, vamos a subir, el auto sigue ahí— hablo Senju atraves de la llamada, mientras estacionaba la camioneta en el estacionamiento del edificio.

Del auto bajaron, Takemichi, Chifuyu, Kazutora y Baji, gracias a que estos tres últimos tenían una tienda de mascotas podrían pasar desapercibidos, la comioneta tenía el logo u nombre de su establecimiento indicando que seguro era algo normal que ese auto estuviese ahí.

Bajaron de manera poco apresurada, para después subir por el ascensor, una vez en el piso indicado tocaron la puerta para poder entrar por los caninos.

Quien es?— preguntaron en el interior.

Tu hermana, idiota— la puerta se abrió dejando ver al pelorosa.

Pasaron al departamento, mientras los demás sacaban las transportadoras de los caninos, estos últimos se encontraban siguiendo a los mayores mientras movían sus colas, algunos a se acercaban a los que para ellos eran desconocidos.

Por qué tiene tantos perros?— Cuestionó Takemichi

Los adopta de un lugar de rescate de maltrato animal— dijo Rin mientras sacaba la última transportadora.

A donde los llevaremos?— Cuestionó la de ojos verdes.

Llévalos a mi casa, ahí estarán bien— ordenó el menor de los Haitani, ellos de inmediato accedieron y comenzaron a meter a los caninos para llevarlos.

Mientras Koko y Ran se ponían a empacar algunas cosas que parecían ser primordiales para los caninos.

Tenían que ser prevenidos, si algo llegaba a pasar posiblemente los perros terminarían lastimados y no querían eso porqué obviamente ellos no tenían que salir afectados, Azi no sabía nada de eso por lo que lo harían sin su permiso, era lo mejor en lo que llegaban, después de eso seguro Izana hablaría con todos.

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Habían pasado al rededor de cuatro horas, aún seguían en la playa pero el sol comenzaba a ocultarse por lo que tenían que regresar al hotel para descansar un poco después de la caminata que dieron por el día.

La brisa chocaba contra el rostro de Azishima, quien se encontraba parada en la orilla, mirando cómo las olas se movían y hacían olas, escuchando cómo el mar generaba un sonido relajante, mientras el color del cielo cambiaba de un azul maya a un lila que se mezclaba con rosa, naranja y amarillo, haciendo que ese fenómeno natura fuera una obra de arte creada por la misma naturaleza.

Pudo sentir un par de manos cálidas escabullirse por sus caderas, poco después la barbilla del mayor quedó en su hombro mientras ambos miraban detenidamente el espectáculo que la naturaleza les ofrecía, ambos en silencio, un silencio cómodo que te hacía sentir en casa.

Después de unos minutos permaneciendo juntos, parados mirando como en cada momento el cielo comenzaba a obscurecer.

Vámonos, esta comenzando a obscurecer— Habló Ran , mientras dejaba cortos besos sobre su cuello, ella asintió y se tomaron de las manos, para finalmente acercarse a recoger sus cosas.

Comenzaron su transcurso al hotel, el
cual quedaba cerca de la playa, solo sería caminar cuatro cuadras de distancia.

Una vez llegaran al hotel descansarían bastante, para después tomar su vuelvo de regreso, el cual salía a las cuatro de la mañana, para llegar a su destino aproximadamente a las catorce horas.

Minutos después de su caminata se encontraban en el ascensor subiendo al piso indicado, en el cual se encontraba su habitación.

Dark Red. (Ran Haitani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora