LOST ON YOU | Volkacio

01; T E S T A M E N T O

"Supe que tenía delante a alguien con una personalidad tan fascinante que, si yo se lo permitía, iba a absorber toda mi existencia".

— Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray.

La mirada de la dama recorrió a los presentes, evaluando en aquellos segundos previos a la lectura de aquel documento cuán diferentes eran y por tanto contradictorios, por un momento ella rememoró a su viejo amigo y se cuestionó si realmente había sido correcto su decisión de enfrentarlos, pero luego recordó que quizá no era asi como aquellas dos personas debían conocerse, que fue la vida que los obligó a ello. Así que debía cumplir con su parte y su oficio.

— Habiendo transcurrido 72 hrs del entierro del que en vida fue Jack Conway, se citó a la lectura del testamento a Horacio Pérez, actual viudo, y a Viktor Volkov, socio de las empresas "Volkway Security".

Ante la mención de sus nombres cada uno de ellos reaccionó de distinta manera. Horacio que hasta ese momento había tenido la mirada perdida nuevamente en cualquier destino excepto el rostro de los presentes se estremeció ante el título de "Viudo", y por un momento posó la mirada en los documentos que la abogada mantenía frente a ella, para desviar rápidamente su mirada a su regazo. Por otra parte Volkov, posó la fría mirada por un momento en la figura del contrario y luego sobre la abogada, de alguna manera intuía porque solo ambos estaban presentes, después de todo no se conocía pariente vivo de su ex maestro, hasta que le notificaron del vínculo que unía a Conway con aquel joven.

La abogada sabiendo que dilatar el tiempo solo volvería el ambiente ya denso más problemático, procedió a leer de forma protocolaria que el actual testamento fue redactado en plenas funciones del fallecido y que este apenas había cambiado su contenido un mes antes. Aquello no hizo más que animar a Viktor mirar de forma más puntual al que estaba sentado a su par, que nuevamente tenía la mirada perdida como si deseara estar en cualquier parte excepto ahí.

— A Horacio Perez, deudo y viudo de Conway, se le deja como patrimonio el penthouse donde ya vive, una asignación mensual de 7 mil dólares, además de mantener los servicios que actualmente ya posee para el mantenimiento de la propiedad.

La mirada apagada del contrario se desvió al rostro de la abogada, que se le sostuvo, por un momento pareció que la mirada de aquel deseaba suplicar que no siguiera, pero ella simplemente bajó la mirada y siguió con la lectura. Como respuesta el jóven vestido completamente de negro desvió la mirada hacia otra parte, como si supiera lo que seguía. Volkov quiso interrumpir deseando saber qué secretos parecía que aquel joven deseaba encubrir, pero la voz de la abogada se escuchó otra vez.

— En tanto el patrimonio completo será heredado para el único hijo y/o hija de Conway.

— Pero Conway no tiene hijos, Mishell.

Interrumpió Volkov, que ya le parecía raro que como cónyuge aquel joven no heredara toda la fortuna, después de todo al pensamiento del pálido, esa había sido la verdadera razón de aquel matrimonio, el cazar una fortuna. Pero el hecho que aquel ni siquiera reclamara más que una asignación mensual y un piso, cuando se sabía que Conway poseía otras propiedades incluso más grandes y mucho más dinero. Todo parecía ser una sorpresa que todo sea asignado a un supuesto hijo.

— Volkov, lo siguiente que diré, supongo que no es convencional, pero si existe un hijo.

Aquella información pareció aumentar las preguntas en la mente de Viktor, y como si aquello no fuese aún más irreal, Mishell desvió la mirada en dirección de Horacio, a lo que los ojos grises también se posaron sobre él. Este por su parte sintiendo la mirada de los otros se obligó a sí mismo a respirar, a intentar no perder la poca calma que parecía filtrarse mientras se comenzaba a desmembrar algo que debió ser de alguna forma íntimo, personal y sobre todo privado. Horacio cerró los ojos mientras esperaba que la abogada siguiese narrando detalles de forma tan impersonal, fría de su vida y estado, como si aquello no fuese en sí para él mismo un caos.