"No sé de qué manera mirarte para no verte "
—Aquella orilla nuestra by Elvira Sastré
Existe cierta crueldad en acostumbrarse a la presencia de alguien que es efímero en la línea de la vida, cuando compartes pequeños momentos con esa persona, cuando al inicio del día sabes que está al otro extremo de la mesa compartiendo el café, y que al llegar el ocaso le darás la bienvenida al hogar en su regreso a casa. "No" a la casa de él.
Horacio sabía lo peligroso que resultaba ello, pero no por eso no había podido evitar conocer los hábitos de Viktor, a sentir su presencia como parte de su lugar seguro, creer que el piso que compartían era el lugar de ambos, cuando en realidad era un visitante, así que cuando hablaba con su terapeuta le explicaba de su lucha, él sabiéndose de tener apego ansioso, podía ver que aquel hombre que catalogó como una muralla, ahora parecía ser tan agradable como para poder recostarse contra él y encontrar un poco de apoyo.
— ¿Horacio? ¿Me escuchaste?
El de mirada bicolor que había desvariado en medio de la conversación regresó al presente, al desayuno compartido justamente con Viktor.
— Te decía que hoy tenemos reservada la cita para que den los últimos detalles a los trajes a las 19:00 hrs, nos encontraremos en el lugar. ¿Está bien?
— Sin problemas.
— Entonces que tengas un buen día.
Sabía que luego de aquella frase aquel hombre, que nunca le había sonreído, desde que había llegado al piso, comenzó hacerlo aunque de forma muy torpe pero ahora parecía hacerlo con más naturalidad, todo para hacer que él se sintiera seguro ahí. Volkov ajeno al sobrepensar de Horacio se levantó y se fue. Horacio instantáneamente perdió el apetito, aún le costaba ingerir cosas, así que sabiendo que le regañaban si no comía más, se puso en pie y se llevó consigo el plato con frutas picadas, hasta la terraza donde ya había construido un nido con mantas sobre la tumbona. Estaba un poco nervioso porque dentro de unos días, se celebraría el evento de recaudación para la fundación que fundó Conway, y ahora que era de dominio público que Horacio era el viudo de Jack. Su asistencia, según con los comentarios de los abogados y de los de relaciones públicas, traería expectación y más asistencia al evento, además que después de mucho tiempo también se vería al otro accionista de la empresa de Seguridad. Pero para el joven embarazado expresó que no se sentía cómodo, pero cuando Volkov le aseguró que no estaría solo, que podía apoyarse en él, Horacio terminó por aceptar.
Así que repasaba técnicas para relajarse y no sentir la presión que ocasiona verse tan observado aquella noche. Por eso quizá estaba emocionado de escoger el traje, lucir bien vestido era como una armadura, Horacio ya había hecho antes ello, se había pavoneado entre las altas esferas del brazo de Conway manteniendo en una constante ambigüedad de la relación los unía. Quizá esa noche podría encontrar fortaleza para volver a brillar bajo la luz y el escrutinio de los ojos ajenos. Además contaba con aquel hombre, que prometió incluso protegerlo o sacarlo de la fiesta si se sentía muy abrumado.
Con aquella certeza y determinación llegó a la cita para el último ajuste del traje, llegó más temprano, así que mientras esperaba se distrajo escogiendo las mancuernillas que deseaba regalarle a Volkov en gesto de agradecimiento. Pero no se lo mostró al instante, es más lo escondería hasta esa noche para dárselo cuando salieran juntos rumbo a la fiesta. No tardaron mucho en que dieran los últimos detalles, luego de que les aseguraran que los trajes se entregarán en la mañana del evento. Se retiraron para cenar juntos.
Esta vez el restaurante era más reservado, incluso así vieron como era seguidos por algunos paparazzis, los cuales no pudieron sacarles muchas fotografías gracias al cuerpo de guardaespaldas que tenían. Ya en la cena conversaron sobre otros detalles de esa noche.
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LOST ON YOU | Volkacio
FanfictionUn accidente que cambia la vida de nuestros protagonistas. "Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna". - Oscar Wilde. Horacio es arrastrado al ojo de la tormenta, todos los dedos lo señalan, los rumores aumentan, y él solo...