8; R O T O

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"Qué es más fuerte que el corazón humano que se rompe una y otra vez y aún así sobrevive"

— Rupi Kaur

La ciudad luce inalterable, pero Volkov se empeña en buscar el más leve cambio, como si necesitara que existiera alguna razón para sentir aquel desazón que ha venido carcomiendo dentro de él, por lo que hace lo que siempre ha funcionado y eso significa centrarse en el trabajo, ahí donde puede controlar todo, donde puede ver las variables, donde...

— Viktor, ha llegado la Srta. Sloan.

O casi todo, Volkov se pellizcó el puente de la nariz, porque agregado a los problemas que van surgiendo en su vida, aquella mujer pelirroja era un inconveniente que se había sumado, y siendo la más reciente adición podía ser a quien podía acusar de sus infortunios, si no fuera porque la trataba a ella como como otra tarea más dentro de su apretada agenda laboral. Por eso mismo no se inmutó en volver a leer los informes que tenían frente a él, incluso cuando esta ingresó a la oficina, y tan acostumbrada de recibir atención, que hizo un mohín cuando Volkov ni siquiera le dedicó una mirada.

— El trabajo parece ser el centro de tu vida Viktor.

— Volkov, llamame Volkov, además nuestro trato se basa en un intercambio laboral.

La mujer volvió a controlar sus expresiones, para no mostrar la obvia molestia que sus palabras causaron, aún así, no se cortó en tomar asiento, aun cuando él no se lo había invitado, eliminando así la oportunidad que el encuentro fuese una breve interrupción.

— Se me antoja un café.

— Puedes irte a tomar uno.

— Volkov, eso no es amable, y debes ser amable conmigo.

Esta vez Volkov se endereza en el asiento y observa a la mujer que le sonríe con aquellos labios rojos, por un momento recordó que algunas ranas más venenosas tienden a mostrar colores más llamativos, aquella ostentaba quizá esos mismos colores por la misma razón.

— No recordaba que debía pasar tiempo junto a ti en privado, ¿No era todo parte de una pantomima de cara a las cámaras?

— Sí, un favor que mi padre te solicitó, pero pensé...

— Quizá deba dejar algo claro señorita Sloan. Para relaciones sentimentales, no estoy, soy una persona fría, algunos dirían una piedra, y no lo niego, soy así. Por tanto no crea que este acercamiento por un favor a uno de mis más antiguo clientes y amigo, se pueda malinterpretar o aún peor, avivar esperanzas en donde claramente no encontrará más que un firme resolución a saber que esto es es un mero trato comercial.

— No soy una moneda de pago, o...

— Usted estuvo de acuerdo que su padre la usara como una imagen, sabía que los rumores de nuestro posible acercamiento beneficiaba a ambos, no se haga la inocente...

La mujer vuelve a controlar sus expresiones, porque parece que aquel hombre es aún más difícil de conquistar de lo que pensaba, así que por ahora retrocede, después de todo ella llegaría a seducirlo de una u otra forma, tenía confianza en ello.

— Esta bien, entonces te veo el día de mañana a las 18 hrs, frente a mi hotel.

— Sloan, ya dije que...

— Con traje, iremos a una exposición de arte de una amiga, es un evento donde la crème de la crème de LS, estará, es hora de cumplir con tu parte del trato. Y más te vale tratarme bien ahí.

Volkov solo suspiró, sintiendo un nuevo dolor de cabeza nacer sordamente, gustaba de su trabajo porque era directo, sólo interactuaba con las personas cuando era necesario, a diferencia de Conway, el no iba a las fiestas ni reuniones sociales, pero ahora que no estaba su mentor era momento de entrar a ese mundo y odiaba hacerlo, y más del brazo de ella. Fue entonces que recordó a Horacio, aquel que había sido parte también de ese mundo siendo el acompañante de Conway, no sabía cómo es que tenía la fortaleza para sobrevivir en ese ambiente de hipocresías, pero sobre todo se preguntó ¿Cuán diferente se sentiría si fuera quien lo acompañará? Fue entonces que tuvo el impulso de visitarlo pero no podía. El dolor punzante aumentó más.

LOST ON YOU | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora