Capítulo 3-Hay tanta loca suelta

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—Hagan el trabajo en equipos de dos. Para el próximo lunes—el profesor Soto mira su reloj—Y esto es todo por ahora .

Y ahí tocan la campana de salida.

¿Con quién voy a hacer yo el trabajo ese?
Odio los trabajos en grupo.

—Lucas—me tenso completamente al escuchar su voz .

Me giro hacia ella

—¿Qué quieres?

—¿Cómo estás?

—Muy bien Claudia, ¿por qué la pregunta?

—Como puedes ver, no queda nadie más—se me empieza a acercar—Asi que tendrás que hacer el trabajo conmigo—dice jugando con el cuello de mi camisa muy coqueta .

Cojo sus manos.

—No me provoques Claudia, no voy a caer en tu juego.

—Antes no eras así, te gustaba cuando te tocaba—pasa su mano desde el cuello de mi camisa hacia abajo y cuando está llegando a mis pantalones la detengo—Incluso querías casarte—cuando mueve sus labios yo aprieto mis dientes .

—No menciones la boda. Y no haré el trabajo contigo—me giro.

—No tienes de otra Luki, ya todos tienen equipos. Solo quedamos tú y yo —nos señala con el dedo a ambos—y ya sabes, está de más decirte que es uno de los trabajos más importantes de este semestre en la carrera. Así que...—se muerde el labio inferior coquetamente.

—Haremos ese trabajo juntos. Pero todo se hará como yo diga y cuando yo diga.

—Como tu digas—se da la vuelta y contonea su trasero casi inexistente para exitarme.

Ella es alta, delgada, tes blanca, ojos verdes y pelo castaño. Un rostro angelical. Que nada tiene que ver con lo que realmente es igual que su amante  Víctor.

Gracias a Dios y esta era la última clase del día así que puedo irme no sin antes pasar a comer algo en la cafetería de la Uni.

Sentado en la cafetería comiendo pienso en todo lo que ha pasado en estos últimos días. Es absurdo todo esto. Sí alguien antes dijera  que yo participaría en un juego así en el que no conozco ni a la chica me habría indignado incluso, como también si alguien me hubiese dicho que mi prometida me haría algo así pues me hubiera reído en su cara. La vida puede sorprenderte...

—¡Lucas!.

Levanto mi vista hacia la entrada y veo a David entrar y lo saludo con la mano.

—Hey cómo va todo, andabas perdido .

—Si ya sé—se tensa, definitivamente Jax tiene razón está raro.

—Estaba cerca de aquí y pasé, me imaginé que estarías comiendo algo. Es que—mira hacia otro lado—la madre de una paciente del hospital me invitó a una celebración en su casa y me dijo que podía llevar algún amigo, le hable de tí y de Jax y aceptó. Sabes que con Jax es más fácil, solo mencionas la palabra fiesta y ya está. Quiero que vayan conmigo, ¿irás?

—¿Y desde cuándo te invitan a fiestas en casa de tus pacientes?.

Mira hacia abajo y luego me mira.

Llevo suficientes años siendo su amigo como para saber que cuando el desvía la vista varias veces es porque oculta cosas. Desde la escuela siempre le cogíamos las mentiras .

—Ella es una paciente espacial, digamos.

—Wow, Woow, eso sería lo que diría Jax—él sonríe—¿Espacial?. ¿En tu vida de lobo solitario hay alguien especial?

El juego detrás de tú miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora