El juego detrás de tú mirada

Capítulo 22- Tú sacas lo mejor de mí

Me siento tan cómoda y segura, es como estar en una cuerda floja en la que debajo hay un agujero que puede tener luz o oscuridad pero no me importaría caer en él.

Envuelvo los brazos al rededor de su pecho.

—Buenos días—su voz es el mejor sonido que mis oídos pueden escuchar.

—Buenos días—beso su pecho.

Aún no abro los ojos me gusta esta sensación.

—¿Quieres algo para desayunar?.

—Estoy perfecta aquí.

—Estuve cuidando de tí toda la noche,  temblabas como un pajarito. Joder, menuda fiebre pero ya estás bien.

—Gracias a tí estoy a salvo, donde debí estar desde el principio, sin mentiras ni engaños—abro los ojos para verlo mirándome fijamente.

—Las cosas nunca estuvieron bien entre nosotros.

—No, nunca—me sincero—Pero creo que tengo un remedio para eso.

Me apoyo sobre mis codos y lo observo. Tiene las manos detrás de la cabeza y me observa con una intenta mirada, su torso desnudo me pone nerviosa pero lo ignoro.

—Te escucho.

—Seamos sinceros. Totalmente sinceros. Sin importar que tan grave sea.

—¿Segura?.

—Cien por cien. Me da miedo pero debo enfrentarlo.

—Esa es mi chica, si tienes miedo eres tú sino diría que te cambiaron por otra y no quiero eso.

Arrugo la nariz molesta por su comentario.

—¿Quién empieza?.

—Yo.

—Ya te conocía mucho antes de la fiesta.

—¡¿Qué?!—me siento en la cama de golpe.

—Dijiste que querías la verdad.

—Esta bien te escucho.

—Te conocí en una discoteca, sólo ví tu increíble cuerpo ya que estabas de espaldas en una escena increíblemente entretenida para mí con Víctor, tu lo rechazabas a él y él iba tras de tí como abeja a la miel. Te seguí, quería verte de lejos, llámalo curiosidad. Él me descubrió y nos peleamos.

—Así que fue contigo con quién peleó.

—El mismo, bueno, después como un gran acosador, te busqué en internet, en su Facebook y en todas partes hasta que di contigo—mi boca está totalmente abierta en este momento—Investigué y me informe sobre tí, trabajabas en una casa de niños o yo que sé, mi plan para iniciar este juego era llevar a mi sobrino a que lo cuidaras y conocerte allí pero me salió mucho mejor ya que David estaba interesado en Victoria quien resultó nada más y nada menos que tú mejor amiga—suspira—En las fotos te veías muy atractiva pero en persona lo eras mucho más. Mí primera impresión para ser sincero fue que sería muy fácil. Demasiado fácil. No eras como Victoria que a pesar de su dolor estaba muy difícil para David, tampoco eras como Ámbar que no se dejaba impresionar y tenía ideas feministas. Tú eras, ingenua, dulce, fácil de encantar y muy hermosa para hacerlo todo más llevadero—hace una pausa pero no me permite hablar—Si quiero ser totalmente sincero, todo lo que predecía que harías lo hiciste. Cuando te dije de un lugar más privado fuiste encantada aunque no te dejaste besar y eso no lo esperaba pero imaginé que era una táctica para fingir ser interesante.

—Todo fue...

—Por favor, necesito decirlo todo—toma mis manos—Te fuiste enojada así que yo debía retomar el plan A, el cual consistía en una casualidad. Así que fui a verte a tú trabajo con mi sobrino. Y aceptaste mi invitación, lo supuse también. Fui a recogerte y estabas hermosa, debía reconocerlo. Hubo ese conflicto extraño en mi casa y no me convenía que te fueras y todo se fuera a la mierda. Así que te lleve a un lugar sencillo, una persona sencilla como tú seguro disfrutará de un lugar sencillo como este, pensé yo. Antes de esa cena habíamos conversado pero lo sentí como si fuese la primera vez, parecías interesante, divertida e intrigante. Intentaba alejar esos pensamientos y fingir que solamente era parte del juego pero estaba muy a gusto hablando contigo. Al salir nos besamos, perdí el control totalmente, tu beso fue como mi propia marca de heroína y en el instante en el que fuiste tú quien me besó, quedé desesperado por más, sentía decesos de satisfacer de una vez esa forma tierna y salvaje que me estabas mostrando.