Congeniando ( 13 )

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Había llegado al apartamento prácticamente a tropincones y con un humor terrible. Los pinchazos en el vientre se tornaban cada vez más violentos haciendo que me encorvara de vez en cuando.

_¡Eddie, Eddie, Eddie, Eddie, Eddie, Eddie!_grité aporreando la puerta con tanta fuerza que por un momento pensé que se vendría abajo.

_¡Ya voy!_escuché desde el otro lado, un suspiro de alivio escapó de mis labios. Sinceramente, no tenía deseos de buscar en las llaves en mi bolso.

_¡Pero apúrate! ¡Esto es un código rojo!

¿Código rojo?

Pude percibir la curiosidad del simbionte a través de la pregunta, pero se me hacía raro e incómodo contestar.

No pienso explicártelo.

La puerta se abrió y yo entré de sopetón, empujando a mi hermano en el proceso. No es mi culpa, si le acabo de gritar que es un código rojo ¿qué rayos hace paradote ahí en la puerta en lugar de echarse a un lado para que yo pase? Es que de verdad siempre elige un pésimo momento para probar mi paciencia, a veces pienso que lo hace adredre.

Caminé echa una furia hacia mi habitación y comencé a revisar el cajón de mi ropa interior en busca de unas comprensas, hasta que recordé que las había gastado casi todas el mes anterior y que como es costumbre había olvidado comprar más.

_¿Qué son las comprensas?

Di un respingo tras alzar la mirada y encontrarme con la cara de Venom justo frente a mí. Llevé una mano a mi pecho intentando recomponerme del susto que me acaba de dar.

_No te aparezcas así de repente y no seas chismoso_le regañé tomando la única comprensa que me quedaba.

_De todas formas lo sabré.

Cerré el cajón para luego lanzar un suspiro cansado, no tenía ganas de discutir con él. ¿Por qué hoy de todos los días? ¿Por qué no se pudo atrasar, no sé, diez años?

Voy a pasar al baño.

Me limité a pensar fuerte y claro.

Y eso me importa ¿porque?

Quiero privacidad, en especial ahora. ¿Entiendes?

Al no recibir respuestas di por sentado que se había ido a dormir, así que aproveché para hacer lo que tenía que hacer, gastando la única comprensa que había sobrevivido el mes anterior, lo que me recuerda que hay que ir a comprar más.

_Eeeedieee_dije en voz alta luego de lavar mis manos y secarlas.

Con pesar arrastré mis pies a la cocina, donde lo encontré de espaldas a mí haciendo quién sabe qué, porque hasta donde mis conocimientos llegan, cocinar no es su pasión.

_Lo sé, lo sé, te duele pero tienes que ser fuerte_aconsejó antes de voltearse.

_Pensé que estarías trabajando ¿no que tenías que hacer horas extra?_pregunté intentando olvidarme del dolor.

_Sí, eso pensaba yo, pero al jefe le pareció buena idea posponerlo hasta la noche.

Por su tono pude deducir que no estaba muy contento que digamos con el cambio, yo me limité a encogerme de hombros.

_Te estoy calentando agua, leí por ahí que si viertes en un pomo agua caliente  y lo colocas sobre tu vientre el dolor se te alivia.

Sonreí de lado. Le había pillado la mentira.

Tú, eres mía |Venom|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora