El día después

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Seis horas, solo eso había dormido. A las 10 am, ya estaba despierta, y con una pequeña resaca, casi un milagro.

Media adormilada salí al pasillo, tratando de hacer el mínimo ruido posible.

Nadie, no había nadie, igual que en la sala y el comedor, de seguro estaban todos dormidos.

-¿JARVIS?-

-Si señorita Kelly-

-¿Están todos durmiendo?-

-Si, los Vengadores y sus parejas están en los respectivos cuartos, durmiendo-

-Gracias J-

-Fue un placer, señorita Kelly-

Dicho esto, ideé un plan, como yo no tenía casi resaca y suponía que los demás iban a despertar teniendo una de proporciones monumentales, decidí hacerles el desayuno, uno especial post-borrachera.

Exprimí tres jarras de jugo de naranja; preparé una taza de té con limón para el hígado de cada uno; un pequeño tazón de cereales, para que tengan algo sólido en el estómago; y por último un vaso con agua, para el antiácido y un ibuprofeno, para sus cabezas.

Una vez que tenía todo preparado, utilicé una de las bandejas con carrito que había en la cocina y comencé a ir cuarto por cuarto. Parecía la chica del servicio a la habitación de un hotel.

Ni Clint, ni Nat respondieron a mis llamados, así que con mucho sigilo entré a sus habitaciones, y dejé su desayuno en la mesa de café que tenían ambos a los pies de sus camas, junto con una pequeña nota que decía:

<<espero que no tengas demasiada resaca, pero en el caso de que la tengas, tomá el jugo con el ibuprofeno. El té y el antiácido son para tu pobre estómago, y los cereales por si tenés hambre. ____>>

Con Thor fue más sencillo, él dormía como una morsa, pero Jane se despertó rápido para abrirme la puerta. Una vez que le dí las dos bandejitas, y me dío las gracias, me dirigí al cuarto de Bruce.

Toqué dos veces la puerta y entré.

Debería tener el teléfono encima todo el tiempo.

¡Corré a buscarlo!

En eso estoy.

Se preguntarán por qué tanto problema con mi celular, la realidad, era que lo necesitaba por la cámara que este poseía, no por el aparato en sí, ahora se preguntarán ¿por qué la cámara?, bueno resulta que Bruce estaba dormido de una manera muy cómica.

Una vez que tuve el celular en mi mano, le saqué una foto... bueno unas cuantas, entiendanme, estaba tirado boca arriba, atravesando la cama horizontalmente, con los pies y la cabeza colgando a los lados, abrazando una almohada en el pecho, sin camisa, y con un pequeño hilo de baba manchando su mejilla. Si no le sacaba al menos una foto me lo iba a lamentar de por vida, con esto tenía como molestarlo, por al menos un año.

Reí por lo bajo, haciendo que mi auto-proclamado hermano mayor se despertara.

-Hmmm...- abrió los ojos lentamente —hola-

-Buenas, te dejo el desayuno, no creo que necesites el antiácido, pero considerando como dormiste, tomate el ibuprofeno, para aliviar tu cuello-

-Gracias- me estaba por ir cuando me dice —el celular... no me habrás sacado una foto, ¿no?-

-Yo- dije un poco chillona, señalándome —Puffff, por favor, por supuesto que no- entre cerró los ojos desconfiado, por lo que, evitando futuras preguntas musité un rápido "adiós" y cerré la puerta.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

A sabiendas de que si despertaba a Tony, terminaría escuchando alguno de sus monólogos tipo "soy una diva y merezco, al menos, 8 horas de sueño" decidí saltearme su habitación, quedando como la última en visitar, la de Steve. Necesitaba hablar con él, lo de la noche anterior debía ser aclarado. No quería ilusionarme sin motivos, cuando posiblemente haya sido culpa del alcohol, o quizá no, por eso debía hablar cuanto antes.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Toqué la puerta dos veces. Nada. Ni una mínima prueba de vida en el interior. Entonces cuidadosamente, abrí la misma, tomé la bandeja, y la dejé en la mesita de café.

A decir verdad el cuarto de Steve era mucho más acogedor que el resto, no por ser más pequeño, si no por que estaba decorado a la antigua. Para que me entiendan, el resto de las habitaciones tenían decoraciones vanguardistas o "modernosas", con mucho vidrio, aluminio, acero y esas cosas que parecen cromadas, en cambio la de él estaba amueblado de forma clásica, con mucha madera, y me gustaba, pero si, su cama era pequeña.

-Steve...- moví un poco su hombro —te traje algo para que desayunes, lo dejé sobre la mesa, después buscame, hay que hablar- me estaba por ir cuando sujetó mi muñeca

-Buenos días-

-Hola- ya estaba colorada, ¡vamos! A este paso te voy a volver un tomate antes del mediodía

-Auch- y se agarró la cabeza

-Regla número uno post-borrachera: hacé todo en cámara lenta- reí un poco, su cara era la de un muerto, me paré y le traje el vaso de agua, la pastilla y el sobrecito de anti ácido. —Regla número dos: primero el ibuprofeno, después el sobre-

-Gracias- e hizo lo que le dije

-Creo que... mejor me voy, dormí un poco más, después hablamos-

-No se de qué querés hablar- su semblante se volvió serio

-¿En serio? De todas las reacciones que podrías haber tenido, que no te acuerdes es la peor- dije más para mi misma, que para él —Dejá, fingí que no dije nada, agh, ¡no puedo creer que no te acuerdes! Esto solo me pasa a mí... y en las películas... ¡pero sobretodo a mi!- refunfuñé

-Nunca dije que no me acuerdo, solo que no hay nada que decir sobre el tema- ¿QUÉ?

-Esperá que entienda, ayer me besaste y decís que no hay nada de que hablar? Hay algo que a mi no me cierra en todo esto-

-Fue un beso, no hay nada más de lo que hablar- DOBLE ¿QUÉ?

-Por supuesto que hay que hablar- tomé aire, estaba por ponerme histérica -Steve, desde que nos conocemos me trataste horriblemente mal, después, te ponés celoso de Bruce- no fueron celos si lo fueron, esos eran celos- me miró extrañado —tus pensamientos, prácticamente me gritan, como sea, me salvaste la vida, me tratás bien, ves una película conmigo, alejás a un chico que se interesa en mí, te volvés a comportar como un idiota, y me besas. Nada de lo que hiciste en ese orden tiene sentido. Explicame que pasa, solo eso.-

Se tensó -No hay nada que explicar-

-Bueno, entonces voy a tomar como que nunca me quisiste en la torre, menos en el equipo, y lo de ayer fue un desliz producto del alcohol- me enderecé, y lo miré a los ojos —lo que pensé desde un principio-

-Yo...-

-No, dejá, está bien, ni siquiera fue algo importante... solo... olvidate lo que te pueda haber dicho anoche y... descansá un poco más- le sonreí de lado

Y me fui.

Él pensó No fue un desliz... ella nunca lo escuchó.

No juegues con mi mente (Steve Rogers y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora