11

309 30 8
                                    

Los brazos de Mingyu capturaron la cintura de Wonwoo haciendo que las rodillas de su amante se abrieran hacia fuera. Él lo bajó hasta el piso de la ducha. El agua resbalaba por la pared que el cuerpo de Wonwoo había protegido. La evidencia de su placer se arrastraba por ella.

Su mente tenía problemas para capturar el hecho de que Wonwoo se había venido sin siquiera el toque de Mingyu en su pene. No era una cosa fácil de hacer para cualquier hombre, pero Wonwoo había sido desensibilizado al sexo después de muchos años de abuso, por lo que Mingyu habría pensado que eso era imposible para él.

¿Era justo por el ángulo? ¿La forma en que Mingyu le daba las órdenes? ¿O era por la liberación del susto por el que había pasado esa tarde? Cualquiera sea la causa, Mingyu estaba decidido a averiguarlo. Una punzada emitida por su miembro acompañó con esperanza. Si Wonwoo logró venirse por la forma en la que Mingyu le ordenó que se pusiera y por las cosas que le ordenó que hiciera, había esperanzas que su amante realmente pudiera aprender a disfrutar del juego que Mingyu anhelaba.

Mingyu estaba resignado a poner fin a la mayor parte del estilo de vida que él había vivido durante los últimos veinte años, si era la única forma de curar a Wonwoo y mantenerlo en su vida. La natural sumisión de su amante probablemente siempre estaría allí y eso ya era algún consuelo. Si pudiera haber más, incluso en pequeños incrementos...

—¿Estás bien?— susurró. Wonwoo asintió, pero su cuerpo se estremeció con más que las secuelas de un orgasmo.

—Hey, ¿qué te pasa? — Mingyu alcanzó la llave del agua y apagó la ducha. —Háblame.

—No puedo...—un sollozo estranguló sus palabras.

—¿Por qué no? — acariciando el cabello de Wonwoo reforzó el brazo alrededor de su cintura.

—Tú... dices que haga... lo que la doctora dice que haga... — Las palabras eran pedazos que no tenían sentido.

—Sí, pero ¿por qué no puedes hablar conmigo?, dime lo que te está molestando.

—Ella dijo que no...

—¿Que no hablaras conmigo? —Mingyu no entendía pero, de alguna manera, explicaba el aumento de depresión y la actitud retraída de Wonwoo. —Amor, puedes decirme cualquier cosa que quieras. No importa qué sea.

—Pero tú dijiste que haga lo que ella diga—. Wonwoo se desplazó alrededor para mirar hacia la cara de Mingyu. Sus ojos café brillaban con su miseria.

—No entiendo por qué ella no quiere que hablaras conmigo. Tal vez ella quiso decir que tú no deberías hacerlo si te hacía sentir incómodo. Yo no te he preguntado porque no quería ponerte en una posición incómoda y sintieras que debías obedecerme y me cuentes obligado—. Mingyu besó las arrugas del ceño fruncido en la frente de Wonwoo. —Una relación tiene que estar basada en la comunicación para que funcione.

—Como en la sala de juego. — La garganta de Wonwoo tragó duro contra su manzana de Adán. —Cuando dijiste que tenía que decirte si quería algo o no.

—Exactamente. Un escalofrío de placer se estremeció a través del estómago de Mingyu y se dirigió directamente a sus bolas. La memoria de esa noche hace tres meses estaba todavía fresca en su mente.—No sólo debe ser en la sala de juego. Tiene que ser en nuestra vida cotidiana. Si algo está mal, necesitas decírmelo.

El frío del aire acondicionado alejaba el calor residual de la ducha. Piel de gallina se formaba a lo largo de la piel húmeda de Wonwoo.

—Permíteme terminar mi ducha. Vístete y llama para pedir algo de comer. Luego hablaremos ¿de acuerdo?

Solo Un Me, 30 días - Meanie - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora