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La luz del día apenas había espiado a través de las ventanas cuando Wonwoo se despertó. El cuerpo de Mingyu se acurrucó cerca de su espalda en la ancha cama blanda. El último par de días ahora parecían como una pesadilla, una que finalmente terminaba.El aliento de Mingyu rozaba el cuello de Wonwoo. Pequeños movimientos señalaron su despertar; apretando con una de sus manos el estómago de Wonwoo, frotando sus pies en Wonwoo. Su erección matutina presionaba contra el culo desnudo de su amante.El calor se arremolinó a través del cuerpo de Wonwoo y se agrupó en su ingle.Su pene respondió con entusiasmo.Una inspiración profunda acompañó el apriete del brazo de Mingyu alrededor de Wonwoo; seguido de un grito ahogado de dolor.

—¡Mierda! — Mingyu rodó sobre su espalda. —Maldito hombro.

Wonwoo dio la vuelta hacia él.

—¿Necesitas más pastillas para el dolor?

Mingyu se retorció un poco, luego se calmó. Una mueca de dolor se formó en su cara.

—No, me dejan demasiado atontado. — Sostuvo su brazo cerca de su pecho. El vendaje blanco hacía que su piel naturalmente bronceada pareciera más oscura. Su brazo sano se deslizaba a través del pequeño espacio entre él y Wonwoo. Sus dedos trazaron los labios hinchados de Wonwoo. —¿Cómo estás?

—Feliz de estar en casa.—Wonwoo tomó la mano de Mingyu entre las suyas. —Me alegro de que estés bien. — Lágrimas se acumularon en sus ojos.

—¿Quieres hablar de ello?

—Cuando me dijo que estabas muerto... Yo... — Aún a sabiendas de que no era verdad, el corazón de Wonwoo dio un vuelco y un nudo le llenaba la garganta.

—Está bien. —La mano de Mingyu acarició los hombros de Wonwoo. —Has sido muy valiente. Minhyuk dijo que lo rescataste. — Los dedos de Mingyu lo acariciaban.—Podrías haber escapado, desaparecido para pedir ayuda.

Wonwoo bajó la cabeza.

—Pensé en eso. Jaesang iba a usar un látigo. Todo en lo que podía pensar era en alejarme.

—Pero no lo hiciste.

—Esperé bastante tiempo. Oí que regresaban y tuve que bajar al sótano para esconderme. —Wonwoo se encogió de hombros. —No sé qué habría hecho si hubiera tenido más tiempo.

—Si no te hubiera importado, no habrías dudado. Después de todo lo que has pasado, eso significa algo. Y te defendiste, no cediste ante Park Jaesang. Eso es una gran cosa.

—Dijiste que era mi elección.

—Ven aquí —la mano de Mingyu tiró de Wonwoo.

Acurrucándose contra el lado ileso de Mingyu, Wonwoo deslizó su brazo por la cintura. Mingyu apretó el brazo a su alrededor.

—Me alegro de que te diste cuenta de eso a tiempo.

—¿Todavía necesito ver a un terapeuta? — Wonwoo asumía que la Dra. Park estaba fuera de toda opción. No quería hablar de su vida con nadie, sólo con Mingyu.

—Sí, pero vamos a encontrar a alguien más comprensivo con tu situación y nuestra relación. Estoy seguro de que la Dra. Park estaba haciendo lo que sentía estaba correcto, simplemente ella no entendía.

—Te amo. Quiero quedarme aquí contigo.

Wonwoo necesitaba oír decir a Mingyu que podía. Su roce con su vida anterior lo dejó sintiéndose más fuerte, pero al mismo tiempo, más inseguro.
Mingyu lo besó en la frente.

—También te amo, y quiero que estés aquí. Nadie puede hacer que te vayas. ¿Todavía quieres un contrato por escrito?

—No. No lo necesito. Creo que ahora entiendo.

—¿Entender qué?

—Acabamos de hacer un contrato.

—Sí, uno que podría durar para siempre. O tal vez no.

—Pero es nuestra elección. — Wonwoo apretó los labios hinchados en el hombro de Mingyu, deslizando su mano por el estómago de su amante. El miembro de Mingyu se mantenía erecto bajo la sábana.

—¿Que estás haciendo? — Mingyu susurró.

—Jugando...— la mano de Wonwoo apretó contra el miembro de Mingyu a través de la suave sábana. —¿Quieres que me detenga? — La carne tibia se llenaba y alargaba.

—No, pero los dos estamos un poco discapacitados. Mi hombro, tus manos y tu boca... Tendremos que ser creativos.

Pequeños puntos de sutura tiraron cuando Wonwoo trató de sonreír. Su boca maltratada no estaba lista para sonreír.

—Los cortes en las manos no están tan mal. No duelen mucho—. Wonwoo presionó más duro la rígida carne. —¿Vas a decirme si el hombro te duele demasiado? —Sus dedos jugueteaban con el pene de Mingyu dando suaves tirones.

—Uh huh.. — Mingyu suspiró. —Al igual que me lo dices tú cuando estamos en la celda.
—Porque el dolor hace el placer más dulce.
Mingyu apretó el brazo a su alrededor.

—Es parte de esto.

Wonwoo apretó su erección en la cadera de Mingyu.

—Y dando el control a otra persona...— No podía pensar en la palabra que quería usar...—Te libera.

—Sí, y el control de aceptarlo libremente es estimulante.

—Así que ambos nos sentimos bien... — Wonwoo envolvió su mano alrededor de la carne caliente de Mingyu a través de las sábanas; dando largos tirones, ajustando su agarre. La presión provocó una punzada de dolor a través de su mano, pero no se detuvo.

Las respiraciones de Mingyu se acortaban. Los músculos de su pecho se tensaron.

—Sí... — Su aliento susurró contra la frente de Wonwoo.

—Se siente bien...

A pesar del dolor en su boca, Wonwoo levantó la cara hacia Mingyu. Suaves besos le daban puntadas pero eso no le importaba a Wonwoo. Estaba aquí, seguro... en casa. Algo que él no hubiera sabido lo mucho que extrañaba hasta que pensó que lo había perdido otra vez. Los suaves besos se volvieron hambrientos, necesitados.

—Despacio, Wonwoo. — Los dedos de Mingyu tiraron del pelo de Wonwoo. —No empeores tus heridas. A mí me gustan las cosas que pueden hacer esos labios y quiero cuidar de ellos.

—¿Al igual que ayer por la mañana? — Wonwoo puso el pulgar sobre la punta del pene de Mingyu. La humedad manchó la sábana.

—Oh, sí. Un gran ejemplo. — Sus caderas empujaron su longitud a través del puño de Wonwoo. —Pero no hasta que tu boca se cure.

La necesidad de la presión contra su miembro creció. Presionando contra la cadera de Mingyu no era suficiente. Wonwoo se alejó del calor de Mingyu tomando la sábana con él. Se sentó a horcajadas sobre las caderas de su amo.Colocando sus penes juntos, él se inclinó hacia delante y apretó su rostro contra el cuello de Mingyu.

—Oh, sí, —el gemido de Mingyu alentó a Wonwoo. —Eso es todo lo que necesito.

Empujando contra el duro estómago, se encontró con la presión que necesitaba. La mano caliente de Mingyu agarró la cadera de Wonwoo, apretándolo.El placer corrió a través de su cuerpo. No sólo el tacto sensual del pene de su maestro contra el suyo, no sólo la necesidad que pasaba a través de sus testículos... era el simple sentimiento de pertenencia. A este hombre, en esta casa, en la vida de alguien.

Necesidad, deseo y amor lo llenaron de una alegría mayor que su inminente orgasmo. Él estaba en casa.

FIN

Solo Un Me, 30 días - Meanie - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora