Aquella tarde se llevaría a cabo la sentícia del comandante Ha Jung woo, quien había cometido varios delitos en el reinado del gran Sultán Kim Sang woo, ahora estaba rindiendo cuentas ante su hijo.
Los Pasha no opinaron nada acerca de la decisión que había tomado el joven Sultán, ni siquiera el gran Visir So Ji sub. Sabían que todas las acusaciones eran ciertas gracias a todas las pruebas que habían salido a la luz.
— También por el testimonio del chambelan de la armada, aquel cuyos crímenes han sido confirmados, las masacres, la confiscación de propiedad terratenientes, el derramamiento de sangre y causando la perdida de confianza en el gran estado Otomano — Sus ojos se fijaron en el rostro de horror y ojos llenos de lágrimas del hombre, que estaba siendo sostenido por dos guardias — Ya no es miembro horonable de la armada Otomana. Ha Jung woo será condenado a muerte — Sentenció.
Y llegó las palabras que cualquier persona temía.
El hombre estaba siendo arrastrado por los guardias, quienes lo llevan al lugar donde acabarían con su vida.
Yoongi precencio cuando el hombre fue obligado por los guardias a arrodillarse y apoyar su cabeza en una piedra, que sería el soporte de su cabeza, hasta que ésta rodará.
El gran Visir y los Pasha también estaban listos para ver como se cumplía la sentencia de aquel hombre, que no paraba de temblar y murmurar palabras que no fueron escuchas.
Minho se encontraba escalado un gran árbol para poder tener una buena vista de la ejecución que se llevaría acabo esa tarde. No le tomo mucho tiempo en llegar a una fuerte rama que lo sostenía, él con su libro en mano y un pequeño pedazo de carbón empezará a dibujar todo lo que sus ojos apreciaban en aquella ejecución.
— ¿Esta listo jefe verdugo? — Yoongi pregunto mientras su mirada se posaba en el hombre, que con espada en mano esperaba la orden.
— Si su majestad lo permite, el verdugo espera sus órdenes — Respondió otro hombre, que se mantenía al lado del verdugo, quien no era capaz de hablar o mirar a los ojos a nadie y simplemente mantenía la cabeza agachada.
Namjoon estaba junto al gran Visir observado desde una torre todo lo que sucedia. Su conciencia estaba tranquila, sabía que ese hombre no merecia el perdón de nadie, se había estado aguantando todo los errores de ese maldito ser vivo porque su padre parecía no importarle.
Ahora era él quien reinaba, él no dejaría sin castigo a todo aquel que lo traicione o cometa un delito.
— Ay mi señor, son calumnias, son calumnias, todos es mentira... Alá ayúdame, ayúdame... Alá — Fueron las últimas palabras de Ha Jung woo y simplemente cerró sus ojos esperando su destino.
La espada le corto la cabeza, acaban así con su vida y dejando a su paso un gran charco de sangre.
A los minutos, un hombre era escoltado con cuatro guardias reales, siguió su camino pero su mirada se poso en el hombre que yacía en el suelo sin vida. Apartó la mirada rápidamente y siguió caminando pero están vez de manera apresurada.
— Llegó el embajador de Venecia, pero llega tarde se perdió la ejecución — Desde el árbol, Minho tenia una buena vista de todo lo que sucedia, y no dudo ni un segundo en seguir dibujando.
(...)
— ¡¿Donde estabas?! — Con preocupación en su rostro Mitchell se acerco a su amigo.
— Estaba con la esposa del sultán — Respondió el doncel, y tal respuesta hizo que su amigo se agarrara los cabellos con desesperación.
— ¡¿Estás demente?! ¡¿Porque fuiste ahí?! ¡¡Ellos van a matarte!! — Grito muy preocupando mientras empezaba a caminar de un lado a otro.
Mitchell había entrado en pánico al saber que su único amigo estaba a un pie de poder morir. Ahora nesecitaba pensar en cómo ayudar a esca...
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El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷
De TodoEn 1520, Kim Namjoon asciende al trono del Imperio Otomano con tan sólo 26 años. En paralelo, un barco cruza el Mar Negro llevando un grupo de jóvenes capturados para ser llevados como esclavos hasta el harén del joven Sultán. Entre ellos destaca Al...