【Capítulo 18】

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Después de haber pasado toda la noche con el Sultán, Seokjin fue muy bien atendido por los criados y concubinos, estos últimos le habian deseado una pronta recuperación aunque sus ojos seguia demostrado la envidia que aún sentían por la atención que el Sultán le estaba dando a él.

"Pronto se cansará de él" "Hay mejores concubinos que él" "Su magestad pronto encontrará un nuevo favorito"

Eran algunos de los comentarios que rondaban por el harén, todos esperaban el momento donde el Sultán se aburriera del doncel.

Sin embargo, Seokjin no le importaba los comentarios, no cuando su mente solo pensaba en los hermoso poemas que le recitaba y las caricias que su amado le proporcionaba.

El gesto de quedarse con él toda la noche fue algo tan romántico para el doncel.

Ahora mismo, Seokjin se encontraba muy relajado mientras Nancy, su compañera de habitación le daba de comer una deliciosa sopa, pequeñas cucharadas eran llevados hasta su boca, mientras que él seguía recostado en su cama con una toalla blanca que rodeaba su mojada cabellera castaña.

Antes de comer su sopa, los criados le dieron un relajante baño con flores y esencia de frutas.

Las atenciones que el doncel recibía fueron órdenes directas del mismo Sultán Namjoon, quién no dudo en advertirles que si su concubino no mejoraba en tan solo tres días, tendrá que responder ante él.

Con esto, fue claro para los criados que Seokjin tenía que mejorarse por el bien del harén.

Mitchell, fue una de las primeras personas que se aseguró de contribuir para la pronta recuperación de su único amigo.

Por eso, él ahora se encontraba con Seokjin, sentado a los pies de la cama mientras comía una manzana.

Se había escapado de la señorita Wheein para ir hacerle compañía a su amigo, esto significaba un castigo por parte de la mujer pero eso era algo que no le importa ahora.

— ¿Estaba muy oscuro ahí? ¿Tuviste miedo? — Pregunto Mitchell con notoria curiosidad para después darle una gran mordida a su manzana.

— No tuve — Mintió Seokjin.

En algún momento cuando se encontró en ese horrible calabozo sintió miedo pero eso era algo que no le diría a nadie, a nadie mas que a Namjoon.

El doncel pelinegro siguió comiendo su manzana pero asintió con la cabeza ante la respuesta de su amigo.

Su amigo era muy valiente.

Nancy por su lado, siguió dándole de comer a Seokjin una rica sopa que los criados hace unos minutos habia preparado pero el favorito del Sultán nego con la cabeza al ver como otro cuchara de sopa venía hacía su boca.

— Dos cucharadas mas serán mejor — Nancy con una sonrisa amigable intento convencer al doncel.

Seokjin no puso protesta alguna, así que tomo con gusto la cucharada de sopa y siguió observando a su amigo, quien miraba maravillado toda la habitación donde se encontraba.

— ¿Y si me quedo contigo, Seokjin? ¡Esta habitación es muy linda! — Mitchell seguía fascinado por la hermosa habitación donde ahora se quedaba su amigo.

Tenía almohadas con dibujos, una chimenea, una canasta de frutas en una mesa redonda muy bonita, un espejo de plata junto con un tocador.

¡¡Todo era muy hermoso, digno de una habitación de favoritos!!

— Vino el Sultán a tu lado ¡Cuentanos! — Mitchell se mostró emocionado al recordar que su amigo no le había contado nada sobre su encuentro con el Sultán.

El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora