【Capítulo 19】

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Un joven doncel caprichoso estaba aferrándose a la túnica del Sultán, mientras que esté solo se dedicaba a darle pequeñas caricias a su caballera castaña para calmar los pequeños quejidos de molestia que brotaba de esos labios carnoso que formaba un puchero muy adorable.

— ¡Quédate! ¡No me dejes por favor, no te vayas, solo un poco más! — Seokjin se puso de puntillas para así rozar sus labios en la barbilla del Sultán.

Un gesto muy tierno ante los ojos del Soberano, quien no dudo dejar las caricias de cabello para bajar sus manos a la cintura de su concubino.

— No puedo, los asustos de estado no pueden esperar — Namjoon rápidamente junto sus labios con los de su favorito en un pequeño beso.

Un beso que significaba una despedida.

Seokjin siguió con su puchero y sus ojos que mostraba tristeza al saber que no volvía a ver a su señor por un par de días. Con ese pensamiento sus manos apretaron más la túnica del Sultán y se apego a él, tanto que sus respiración se mezclaban.

— Si pueden, quedate conmigo. ¿Acaso no eres el sultán? — Susurro en tono meloso, intentado convencer al Sultán.

Namjoon se rio enternecido al observar como su doncel no dejaba de darle pequeños besos en su barbilla y rápidamente la imagen de su hijo, Hoseok, se hizo presente en su mente.

— Y tu un niño, Hoseok también intenta detenerme cuando me voy a trabajar — A Namjoon se le hizo difícil alejar los tiernos besos de su concubino pero lo logró.

El joven Sultán acunó el rostro de su doncel con sus manos y plantó un beso en cada mejilla, y al ultimo dejo un gran beso en su frente.

Seokjin apenas cerró los ojos para sentir esos cálido besos pero cuando los abrió noto como el Sultán ya se había liberado de su agarre, y lo vio retrocediendo.

— ¿Cuando solté su túnica? ¡No es justo! Me distrajo con sus besos — Un poco desconectado, Seokjin reclamo. 

— Tu estás muy mimado, volveré en la tarde — Namjoon se despido con una sonrisa y camino a las grandes puertas de sus aposento, listo para salir pero un gimoteo lo hizo detenerse.

— ¡¡Pero es una espera muuuy larga!! — Chillo Seokjin al momento que vio como su Sultán estaba yéndose.

Namjoon toco la puerta para que estas se abrieran. Se  volteo y le dedico una sonrisa de medio lado.

— La espera endulza el amor — Dijo antes de irse, no sin antes lanzarle un beso de despedida.

Salió de la gran habitación, cerradose las puertas tras él y  dejando solo al concubino en esta. 

Con ese beso, Seokjin pudo tranquiliza su corazón triste y se repitió así mismo que pronto vería a su amado Sultán.

Seokjin dejó espacar pequeños suspiros enamorados mientras lentamente acaricia su anillo de esmeralda y su mirada seguía en la gran puerta donde su magestad se marcho.

Se había contenido en gritar de la emoción así que al momento que sus suspiros de enamorado terminaron no dudo en grita de alegría mientras gira sobre su propio eje con las manos en el aire.

— El Sultán me ama, y yo lo amo a él, el Sultán me ama y yo lo amo a él... — Tarareo sin dejar de dar vueltas y soltar pequeñas risas de alegría.

Su gran amor estaba sellado al momento que ese anillo de esmeralda fue colocado en su dedo.

(...)

La amenaza que sentí en ese momento el joven Rey era evidente.

Sin embargo, tenía que poner cara de desinterés cuando ante él se presentó un “mensajero” del Sultán Namjoon, especialmente enviado por este, según los rumores.

El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora