Cuando las clases del príncipe Hoseok terminaron, el Sultán decidió llevarlo a jugar al jardín privado y después a los grandes pasillos cerca de sus aposentos, a su lado estaba Yoongi, quien decidió acompañarlos en todo momento.El Sultán le otorgó la pequeña espada de madera a su hijo, y con brillos en sus ojos, el niño empezó a jugar con los guardias de su padre.
— ¡¡Te mate!! — Grito mientras alzaba su espada con mucho orgullo al ver como el gran guardia retrocedía y fingía caer de rodillas — ¡¡Tu también moristes!! — Apunto con su espada a otro guardia, quien imitó la acción de su compañero caído.
— Hoseok deja de matar a mis guardias ¿Quién me protegerá a mi? — El Sultán con diversión en su rostro pregunto al ver como su hijo saltaba con su pequeño espada en mano.
— ¡¡Yo lo haré, yo te protegere!! — Exclamó el pequeño niño mientras se lanzaba a pelear con un tercer guardia, que de igual forma tenía una pequeña espada de madera.
Y dos hombres miraba con orgullo a Hoseok pelea con el guardia, apesar de ser pequeño, movía de manera excepcional la espada y daba batalla al gran guardia.
— Él es especial, mire que fuerte toma la espada — El halconero sentía un cariño muy paternal por el hijo de su amigo, estuvo con el niño desde que nació y eso le causa un poco de nostalgia al verlo crecer.
— Tu le enseñaste, le diste sus primeras lecciones — Dijo Namjoon al recordar como su amigo fue el responsable de regalarle su primera espada.
Pero las horas que habían pasada jugando y observando a su hijo jugar, era un poco agotado para el Sultán, quien se sentía cansado por la reunión que se habia dado en la mañana. No había dormido bien en la noche y se había levantado muy temprano, merecía un descanso.
— Lleva a Hoseok con su madre, yo descansaré — Ordenó mientras se daba media vuelta para entrar a sus aposentos.
Pero el llamado de su amigo, hizo que se girará a verlo.
— Mi majestad ¿Desea que hable con la maestra Nayeon por su invitado de esta noche? — Yoongi intentaba remediar lo que pasó esa noche, su amigo se notaba estresado y un invitado no le vendría mal para relajarse.
Sobre todo, ese invitado, que había logrado captura la atención del Sultán.
Y la respuesta que obtuvo junto con una sonrisa que mostró los hoyuelos de su amigo fue — Por supuesto que si.
(...)
En el harén se encuentra dos donceles con cubeta de agua y un pañuelo blanco en la mano, ambos estaban arrodillados tratando de limpiar el piso hasta dejarlo brillante.
El joven de cabellera castaña dejaba mostrar la molestia y cansancio que sentía en ese momento, había pasado toda la mañana cargando cubetas llenas de agua, después tuvo que sacar una por una las plumas de su cama hasta dejarlo completamente libre de ellas. Su amigo, Mitchell, se mantuvo a su lado, ayudandolo apesar que su rostro mostraba el cansancio que también sentía.
— Oh Namjoon, verás que pronto me vengare — Con enojo, el doncel, empezó a exprimir el pañuelo hasta dejarlo totalmente seco.
— No digas eso, baja la voz — Pidio su amigo intentando callarlo mientras miraba con nervios a todos lados para comprobar que nadie lo había escuchado.
— Ese Sultán será mi esclavo — Siguio hablando con total amargura, ignorando las palabras de su amigo.
Pero el cansancio pudo más que el enojo y así ambos donceles suspiraron mientras dejaban a un lado el pañuelo blanco, que ahora estaba sucio, para sentarse en el suelo e intentar recuperar fuerzas.
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El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷
De TodoEn 1520, Kim Namjoon asciende al trono del Imperio Otomano con tan sólo 26 años. En paralelo, un barco cruza el Mar Negro llevando un grupo de jóvenes capturados para ser llevados como esclavos hasta el harén del joven Sultán. Entre ellos destaca Al...