【Capítulo 22】

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En el harén, todos los concubinos mantenían la cabeza agachada, mientras eran regañado por la señora Moonbyul, quien muy molesta comenzó a reclamar a la señorita Wheein.

— ¡Dime, Wheein! ¿Que sucedió? — Frunció el ceño al notar lo despeinados que se encontraban los dos concubinos — ¿Están son sus lecciones? ¿Les enseñaste a luchar y actuar sin educación?

La pelea de favoritos, termino con un resultado muy feo para sus cabellos.

La señorita Wheein muy preocupada negó con la cabeza.

— Me sorprendió lo que sucedió y no podía tranquilizarlos — Aseguró — Si Nayeon no aparece por aquí nadie les presta atención — Justificó

Moonbyul se molesto mas ante esas palabras, y con su bastón en mano señaló a Wheein.

— ¡Es tu responsabilidad! ¡Tu tienes la culpa! — Acuso.

Y la acusada solo pudo agachar la cabeza totalmente avergonzada.

— ¡Todos estarán castigados! — Ordenó con enojo y se marcho del harén, no sin antes cerrar la gran puerta.

Sin embargo, a los segundos, la gran puerta fue abierta, dejandon ver a un criado muy alegre.

— ¡Muchachas y muchachos Rápido Vengan! ¡Están regalando oro! — Con entusiasmo anuncio.

Todos, rápidamente corrieron fuera del harén para arrodillarse y empezar a recoger las monedas que caían desde la gran terraza, donde se encontraba, el príncipe Hoseok, el príncipe Sultán Jimin y la Sultana So hyun.

Por otro lado, dentro del harén se habían quedado, Wheein junto a Seokjin, quien había decidido quedarse, al imaginar la razón del porqué estaban tirando monedas de oro.

Con enojo en su rostro, quiso irse a su habitación pero una mano lo detuvo.

— Seokjin, eres el mejor concubino, eso es impropio — Regaño Wheein, en tono bajo — No es bueno para ti, si se enteran — advirtió — Lo mejor que puedes hacer es callarte — Aconsejo mientras soltaba su mano.

Seokjin, escucho cada palabra pero aun así su mente y corazón no se ponían de acuerdo.

Era verdad que tenía que callar, el era solo un favorito,  mientras que Yong Sun era la mujer principal.

Pero su corazón seguía celoso, como era posible mantener la calma si hace unas horas el Sultán le dedico poemas de amor y después se entera que esta por ser padre por segunda vez.

¿Como callar al corazón y hacerlo entrar en razón?

Mientras tanto, en la terraza, un pequeño niño se sentía incomodo entre los brazos de su tío doncel.

— Felicidades, que Alá le de una vida feliz — Con una gran sonrisa, So hyun dejó caer las monedas de oro a los concubinos.

— Alá mediante, So hyun — Respondió Jimin con una bonita sonrisa — A él y a su hermano, Hoseok, el príncipe — Un sonoro beso fue dejado en la mejilla del mencionado.

Pero este seguía con su pequeño ceño fruncido.

— No tengo hermanos — Corrigió el pequeño príncipe, molesto.

— Estamos regalado las monedas de oro por tu futuro hermano — Explicó So hyun, en tono dulce para calmar la pequeña rabieta del príncipe.

Ambos adultos arrojaron más monedas de oro, y eso solo hizo endurecer más el pequeño heredero.

— ¡Ya basta! ¡Nunca tendré un hermano y ya no regales monedas! — Grito con enojo, y cruzo sus brazos para verse más serio.

Cosa que no funciono, y sólo lo hizo ver más adorable antes los ojos de Jimin y So hyun. Ambos pensaron una misma cosa, con desinterés.

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⏰ Última actualización: May 09, 2023 ⏰

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El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora