De manera inmediata, la señorita Nayeon agarró el brazo del joven, quien intentó zafarse del agarre pero solo consiguió que la mujer apretara más su brazo.
— Regresemos — Ordeno, su voz ahora había sonado más demandante, cosa que hizo asustar un poco a al joven de cabellera castaña pero logró esconderlo.
— Déjeme, el Sultán Namjoon me espera — Con más fuerza intento que la mujer soltara su brazo, lo logró por unos segundos pero ésta volvió a agarrarlo, aplicando esta vez más fuerza e hizo que el joven mostrara una mueca de dolor.
— ¡Debemos volver! — Oderno una vez más, Nayeon no quiera dañar al joven pero lo haría si era necesario.
Tan desobediente.
— El Sultán me está esperando— El joven no se daría por vencido, sus ojos mostraban total determinación.
— No vas a ver al Sultán ahora — Nayeon estaba por llegar a su límite de paciencia, he intento jalar al joven, quien puso resistencia.
— Vine hasta aquí porque el Sultán así lo quería — Replicó, totalmente molesto por la manera en como lo estaba jalando.
Una vez más logró soltarse del agarre de la mujer, intentado correr pero rápidamente fue apresado por la mano de Nayeon.
— Regresa de inmediato, la Sultana Yong Sun está aquí — Señaló a la señorita Irene, quien mostró una sonrisa burlona al ver como el joven dirigía su mirada hacia ella.
Todo rastro de dolor por el agarre en su brazo se esfumó y sólo quedó enojo al oír el nombre de aquella mujer.
— ¡¡Esa mujer allí, y yo detrás de esta puerta!! — Su enojo hizo que se soltara del agarre de Nayeon, dio media vuelta y comenzó a caminar a paso apresurado.
— ¡Espera! ¿a donde vas? — Nayeon grito mientras intenta seguir el paso del joven que se alejaba cada vez más.
— ¡¡Directo al infierno!! — Contestó, el enojo era evidente en su voz.
Nayeon corrió detrás del joven he hizo que detuviera su caminar al agarrarlo del cabello, el doncel se quejo de dolor y se detuvo para alejar su cabellera de esas manos. La mujer acercó su rostro y no soltó en ningún momento el cabello del joven.
— ¡¡Camina despacio como un doncel o te romperé las piernas!! — Advirtió y con eso solto la cabellera del joven con brusquedad, que hizo que se callera de rodillas.
Su cabellera bien peinada y cuidada junto a su preciosa tiara habían sido arruinados, pero eso no lo detuvo y ni bien la mujer lo solto, se paro con intenciónes de seguir corriendo.
La mujer soltó un suspiro de cansancio al ver cómo el doncel volvía a correr, dio dos aplauso y con ello dos sirvientes no tardaron en aparecer, al parecer estos estaba por los pasillos esperando alguna orden de aquella mujer.
— ¡¡Atrapenlo y encierrenlo!! — Ordenó mientras señalaba con el dedo al joven que corría.
Como era de esperarse, los sirvientes atraparon al doncel, al ser dos personas fue más fácil agarrarlo y arrastrarlo hacia el harén.
(...)
La presencia de Yong Sun, su favorita y madre de su hijo, no se le hizo muy agradable al Sultán, quien no sabía cómo sentirse al respecto.
Él había había elegido al doncel... ¿Entonces que hacia frente a él esa mujer?
La vestimenta de la mujer consistía en un hermoso vestido de gasa color vino, no tenía mangas, solo unas pequeñas tiras pasaban por sus hombros y apenas llegaba a taban sus glúteos, dejando a la vísta sus largas y sueves piernas. Apesar de haber dado a luz a su primer hijo, la joven conservaba su preciosa figura, senos prominentes, cintura pequeña, caderas anchas y glúteos redondos, figura que antes volvía loco a Namjoon.
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El Siglo Magnífico | 𝓝𝓪𝓶𝓳𝓲𝓷
De TodoEn 1520, Kim Namjoon asciende al trono del Imperio Otomano con tan sólo 26 años. En paralelo, un barco cruza el Mar Negro llevando un grupo de jóvenes capturados para ser llevados como esclavos hasta el harén del joven Sultán. Entre ellos destaca Al...