Capítulo 17: Parte 2

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—¡Maldición! —Rachel observaba a través del cristal cómo Jack Gordon y su abogado discutían dentro de la sala de interrogatorios—. ¿Crees que va a lograr salirse con la suya?

Harry le lanzó una mirada fugaz a su compañera; él estaba tan molesto como ella.

—No lo sé, el plazo vence mañana. Al menos nos queda algo menos de veinticuatro horas para conseguir algo más en su contra —dijo y miró el reloj que colgaba de la pared del pasillo.

—¿A qué hora es el partido de los Falcons?

—A las tres.

Rachel notó cierto nerviosismo en su compañero y creía saber a qué se debía.

—Supongo que, si no me has mencionado nada hasta ahora, es porque ya tienes con quién ir —dijo mientras fruncía el ceño.

—He invitado a Elizabeth —respondió finalmente—. He pensado que le vendría bien salir y distraerse un poco.

—Claro, supongo que la has invitado solo por eso. —Rachel habría querido reírse de su compañero, parecía un adolescente atrapado después de haber organizado una cita clandestina.

—No empieces, Parker. No estoy de humor para uno de tus sermones esta mañana —dijo a la vez que levantaba las manos.

—No pensaba sermonearte, pero es indudable que algo malo habrás hecho para que creas que lo iba a hacer. —Sabía que él le ocultaba algo, su actitud era mucho más evidente que aquello que pretendía esconder con tanto recelo. Lo conocía demasiado bien como para no haberse dado cuenta de que se había enamorado como un tonto de Elizabeth Carmichael.

—Ahí viene —dijo Harry y se refirió al abogado que se acercaba. Lo esperaron junto a la puerta.

—Detectives, tienen hasta mañana para encontrar algo que realmente obligue a la detención de mi cliente, de lo contrario, tendrán que liberarlo.

—Lo sabemos, abogado. No se preocupe, su cliente no pasará detrás de las rejas más tiempo de lo estipulado por las leyes —le aseguró Harry.

—Bien, en ese caso, regresaré mañana temprano.

—Nos vemos, entonces.

—Guapo, pero demasiado arrogante —señaló Rachel mientras observaba cómo el abogado de Jack Gordon se retiraba a toda prisa y atravesaba el pasillo.

—No deberías ser tan exigente —bromeó Harry mientras se cruzaba de brazos.

—¡Harry Styles, no creo que quieras que profundicemos en el terreno de lo amoroso! —le advirtió, con una sonrisa maliciosa—. ¡Creo que tú te llevarías la peor parte!

Él alzó una ceja en señal de asombro. ¿Acaso era tan evidente? Comprendió entonces que Rachel sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia Elizabeth.

—Es un tema que preferiría no tocar, al menos por el momento —respondió e intentó así dar por terminada aquella discusión.

—Está bien, como quieras, Harry. —Levantó una mano y le apuntó con su dedo índice—. Pero déjame darte un consejo, porque no estás haciendo bien las cosas.

—Te escucho, Rachel.

—No hagas algo que parezca lo que no es.

Harry trató de entender lo que le había dicho, pero parecía un trabalenguas.

—¿Qué demonios significa eso?

—Eres detective, Styles. Descúbrelo por ti mismo. —Le guiñó un ojo y lo dejó solo en medio del pasillo buscando descifrar sus palabras.

Nomeolvides | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora