𝟶𝟷

174 17 7
                                    

—¡Jungkook! —aquel gritó fue como despertarlo con un balde de agua fría, sintió un peso caer sobre él y luego una risa divertida—. ¡Feliz cumpleaños!

El mencionado abrió sus ojos de forma desorientada, miró al chico sobre él y se carcajeó.

—Dios mío, casi me matas del susto, Eunwoo.

En aquellos 19 años que habían transcurrido, Jungkook se crio con un hombre llamado Hwan y su mujer. El llegó a las manos de Hwan el mismo día que nació, él era un hombre cariñoso y protector que solía ser un cuidador de orfanato cuando el mundo aún era normal.

Cuando Jungkook tenia un año, el señor Hwan decidió cuidar de Eunwoo quien era un recién nacido que habían abandonado junto a un río, se crio con el como su hermano. Hwan y su mujer les enseñaron sobre el mundo, a leer, escribir, y relacionarse. Siempre estaría agradecido.

Y aunque era algo difícil de creer, Jungkook conservaba todos sus recuerdos, inclusos los recuerdos del día que nació, por ello tenía conocimiento de lo que le había pasado a su madre biológica.

Él y Eunwoo se fueron de casa cuando Jungkook cumplió 18 años, desde ese día vivían en una casa que pertenecía a una villa junto a un lago, alejados de la ciudad y el peligro. Por aquellos alrededores no transcurría demasiada gente, pero conocían a algunas personas que vivían cerca de ellos.

En cuanto al mundo, jamás se recuperó. Seguía siendo un lugar peligroso, la población disminuyó debido a ellos, aún así era difícil sobrevivir. Así que las personas que lo hacían decidían vivir en las montañas o alejados de la ciudad, para no toparse con ellos.

—Felices 19, Kook —añadió sonriendo.

—Oh, gracias —rio de forma suave—. Ha pasado mucho tiempo.

—Tengo un regalo para ti, espera aquí —habló dejando la habitación de Jungkook.

—¡Eunwoo! Sabes que no es necesario.

—Cállate y mira —habló desde la habitación de al lado—, aquí esta, ten.

Eunwoo volvió con un paquete improvisado de regalo, no era demasiado grande, ni tampoco tan pequeño. Jungkook sonrió y lo recibió en sus manos para luego abrirlo. Era un libro de ciencia.

—¿Cómo lo conseguiste? —habló Jungkook impresionado.

—Pues lo busqué por meses, Hwan nos habló de el y sabía que te gustaría, así que revisé muchas casas abandonadas y lo encontré.

Jungkook era un chico inteligente, aprendió por el mismo conceptos de física, también química y algo de medicina. Utilizaba todo aquello para hacer su vida junto a la de Eunwoo más interesante y funcional, incluso algunas personas le pedían ayuda con frecuencia. Todos creían que era un niño superdotado.

—Wow —expresó—, gracias Eunwoo. Eres mi hermano favorito.

—Creo que ese chiste lo has dicho demasiadas veces, señor comediante.

Jungkook se carcajeó y luego paso su brazo por sobre el hombre del contrario.

—Bien, creo que me alistaré, la señora Jung me pidió que la ayudara con su huerto hoy —dijo levantándose—. ¿Sabes? Serias una gran persona si me tuvieras el almuerzo listo cuando llegara —sonrió.

—Solo porque es tu cumpleaños, no abuses —bufó Eunwoo—Ah, y Jungkook. Ten cuidado.

—Lo tendré.

1 de Septiembre, el día rojo. Solía ser más peligroso que cualquier otro día del año, pero como vivían alejados de la ciudad, no se preocupaba demasiado. Su vida era tranquila, normal. Él y Eunwoo cazaban y cosechaban su propia comida. Y en su tiempo libre solían ayudar a la gente que lo necesitaba. Su casa no era demasiado grande, de un piso y con habitaciones suficientes para él y su hermano. No necesitaba nada más.

Entre Demonios & Ángeles } KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora