Una conveniente casualidad

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Si bien la primera mitad de la semana ambos padres se habían mostrado decepcionados con la conducta de Lincoln, pasando los días pronto volvieron a dirigirse a él con el mismo cariño que solían mostrarle siempre, disculpándose por no poder costearle el curso, pero manteniéndose firmes en el castigo que le impusieron y del que el resto de sus hijas estaban ya avisadas, para hacerles saber que tenía prohibido salir de casa a cualquier parte que no fuese la escuela hasta la próxima semana.

El viernes, al salir de clases los amigos del peliblanco lo acompañaron a su casa, lamentando que no consiguiera los medios para asistir al curso de dibujo, como tampoco con ellos al cine y al centro comercial el sábado.

—Mala suerte, amigo —Rusty le decía—. Papá nos había conseguido cupones para un par de combos tamaño monstruo en el cine. Venían incluidas las nuevas palomitas sabor nachos con mayonesa.

—Está bien. Será para otra ocasión.

Stella suspiró.

—Pero se trata de la película spin-off de la saga del señor de las guerras infinitas del hechicero. Con las ganas que tenías de ver esa película.

—Supongo que la veré por internet.

—No es lo mismo que la veas en la computadora a hacerlo en una gran pantalla.

—No es el fin el mundo, Stella —pareció molestarse un poco su insistencia—. A fin de cuentas, después de una forma u otra sí podré mirarla.

La manera en que Lincoln le respondió desconcertó a todos. Clyde ya había notado antes que el resto algo extraño en el comportamiento de su amigo durante la semana. Al darse cuenta que de nuevo estaba siendo grosero, Lincoln se apresuró a disculparse.

—Lo siento, Stella. Es sólo... estoy de verdad frustrado porque no podré salir con ustedes. No me hagan caso.

Zach chasqueó la lengua.

—Mejor ya no hablemos de eso, es obvio que te duele perderte la película.

Todos parecían suponer lo mismo y se mostraron de acuerdo en cerrar el tema. Lincoln se sintió agradecido con ellos, pensando que aún si no lo hubiesen castigado, de cualquier manera, no los habría acompañado al cine, esto debido al plan que tenía en mente poner en marcha.

Se sentía nervioso. Mañana sería ya sábado y esperaba que Lynn consiguiera cubrirlo para escaparse de casa.

-o-o-o-

La familia Loud desayunó amena y ruidosamente como de costumbre durante la mañana. Una vez que terminaron, la madre de familia se levantó de la mesa alegremente.

—Bien, chicos. Si me disculpan, voy a intentar concentrarme en escribir mi novela. Por favor sólo háblenme si es estrictamente necesario.

El señor Loud revisó la hora.

—Iré a revisar cómo marchan las cosas en el restaurante con el nuevo cocinero. Tienen mi teléfono, familia. Igual regresaré a la hora de la comida —se dirige hacia Leni y Luna—. Chicas, se quedan a cargo.

Al levantarse, Leni miró a sus hermanos.

—¿Necesitan algo antes de que vaya a arreglar el vestido de Becky para su fiesta?

Al recibir sus negativas, se puso de pie para marcharse. Luna estaba por seguirla, cuando se dirigió a quienes quedaban.

—Estaré en la sala mirando un concierto por streaming. Más vale que se comporten —puso su atención en Lincoln—. ¿Quieres acompañarme a verlo, hermano?

Déjame ser tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora