Una noche (in)usual

1.9K 107 919
                                    

—...Y el señor Parsons dijo que mi velocidad de lectura es mucho mayor a la de la última prueba, que ya puedo leer de forma más fluida.

—¡Eso es excelente! —Lincoln le respondió por teléfono en su habitación—. Me gustaría que me enseñaras cómo funciona eso. Mi hermana Lisa me explicó un poco, pero sigo sin tenerlo del todo claro.

—Por supuesto. Pero basta de mí, ¿qué tal te ha ido con el curso de dibujo?

—¡Es fantástico! Justo ayer vimos los fondos e interacción con los personajes y su proporción. Aunque fue difícil, terminé correctamente las prácticas. Lo mejor de todo es que la amiga de Amanda volvió a tratarme mejor cuando ella le aclaró todo.

Lesly no pudo evitar reír un poco al respecto. En retrospectiva y tras dejarlo pasar algunos días, aquello había sido divertido.

En la mesa de la cocina, donde la señorita Hepburn terminaba de calificar unas pruebas que les había puesto a los niños, ella miró la hora en el reloj de su muñeca, entonces se dirigió a Lesly, que estaba sentada en una silla de espaldas a la pared donde tenía el teléfono.

—Cuarenta minutos, Lesly. Es todo por hoy. Despídete de Lincoln. Recuerda que Amanda no tardará en venir por ti para llevarte a sus clases.

Lesly suspiró. No estaba precisamente entusiasmada con esa idea.

—Sí, señorita Hepburn —con un dejo de fastidio se dirigió a su amigo—. Mañana me sigues contando.

La mujer le dio un fugaz vistazo. Sonrió para sí misma y pasó al siguiente examen tras calificar el de Heidi. Era bueno que no tuviese dificultades con Lesly pidiéndole más tiempo para platicar o algo parecido, todo como la buena niña responsable que era, algo que por el contrario hubiese sido muy típico si fuese una...

—Señorita Hepburn... Lincoln quiere hablar con usted.

Parecía tan avergonzada como emocionada, actitud que en realidad reconoció más propia de una adolescente. Con cierto recelo, tomó el teléfono que Lesly le ofreció y le contestó al chico.

—¿Joven Lincoln?

—Hola, señorita Hepburn... ah... ¿sería posible que el domingo pudiera...? Ya sabe... ¿visitar a Lesly? Por supuesto iría acompañado. Ya le pedí permiso a mi padre y está de acuerdo sólo si usted lo está.

La directora guardó silencio unos segundos. Era viernes y tal como se lo indicó, el muchacho se lo estaba pidiendo con dos días de anticipación. Era cierto que había respetado el horario que le marcó tanto a él como a Lesly para hablar por teléfono cada día. Hasta donde le parecía, no creía que hubiesen tenido conversaciones inapropiadas. La actividad de la semana la tendrían el sábado, por lo que el domingo estarían libres, además él decía tener ya la autorización de sus padres para ir acompañado por uno de ellos al menos, lo que le permitiría conocer mejor al chico tras hablar con uno de los adultos.

—Está bien. Después de las doce del mediodía puedes venir.

—¡Muchas gracias, señorita Hepburn!

La mujer no pudo ver el salto triunfal que hizo Lincoln en su habitación, pero si el de Lesly que no pudo disimular su entusiasmo, lo que divirtió y preocupó a la mujer a partes iguales. ¿Se supone que ese es el comportamiento que tienen los "amigos" cuando van a encontrarse? Tal vez no supiera mucho de los jóvenes en la actualidad... pero sí lo que consideraba suficiente para ponerse en alerta.

—Bien, despídete de Lesly. Hasta el domingo entonces. Tus padres tienen una tarjeta con la dirección de mi casa.

-0-0-0-

Déjame ser tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora