II
—Lo lamento —la niña se disculpó avergonzada inclinando de lado la cabeza. Un tono rojizo se dibujó en sus pálidas mejillas—. No escuché cuando te acercaste. Creo que estaba distraída.
Aún en el suelo, un avergonzado Lincoln por la metedura de pata que cometió se apresuró a buscar enmendar el error que cometió al abrir la boca.
—¡No! ¡No digas eso! No me di cuenta que eras... eras...
Sintió que la palabra se atoró en su garganta asfixiándolo. No supo cómo expresarla sin sonar grosero. La niña fue recobrando su color natural. Sus párpados permanecieron cerrados. Ladeó un poco la cabeza de un modo que a Lincoln le recordó a Lily cuando parecía tratar de comprender algo que escuchó.
—¿...Ciega?
Fue ella quien completó su oración. A pesar de comprender que ella no podía verlo, aun así, Lincoln sintió deseos que la tierra lo tragase.
—He... ah... sí, eso... No fue tu culpa. Yo me atravesé en tu camino.
Se puso de pie, pero ella siguió agachada. Lincoln le ofreció la mano, sin embargo, la niña no la tomó. Por un instante pensó que debía estar realmente muy disgustada y por eso lo ignoró, antes de caer en cuenta que ella no podía ver su gesto.
—Deja... quiero... te ayudo a ponerte de pie.
Se inclinó para colocar su mano sobre la jovencita. La holgada prenda finalmente se corrió un poco en ese momento y terminó tocando su hombro desnudo. Lincoln temió que malinterpretara su acción, más por el contrario, al sentirlo la niña con una mano tomó la suya y se levantó.
—Por favor, perdóname —le pidió a Lincoln—. No tienes que decirle a ella lo que sucedió.
—¿He? ¿A quién?
No comprendió a qué se refería, cuando de pronto se sintió observado. Al levantar la vista vio a uno de los niños que pareció divertirle su desventura señalándolo hacia a una mujer de lentes de fondo de botella y severo semblante. Caminando a pasos largos y pesados, ésta se dirigió hacia ambos. El primer impulso que tuvo Lincoln ante esto fue dar un paso hacia atrás.
—¿Qué ocurrió aquí?
La niña albina se sobresaltó y en otro impulso igualmente inconsciente, Lincoln se puso frente a ella como solía hacerlo cuando sus hermanas parecían meterse en problemas con alguien más, no importando que se tratara de las menores o las mayores.
—¿Quién es usted? —Lincoln le preguntó.
La mujer miró a su alrededor, quizás buscando a los padres del chico o algún adulto con quien tratar en su lugar, al no ver a nadie más se dirigió con resignación a él.
—Los niños me dijeron que se estaban peleando, ¿es eso cierto?
La pequeña parecía avergonzada.
—No, señorita Hepburn... fue un ac...
—¡Me caí! —La interrumpió Lincoln—. Iba a tomar agua y me tropecé. Ella escuchó lo que me pasó y por mi culpa se estaba cayendo del neumático cuando intentó ver... ¡digo!... saber lo que me ocurrió. Supongo que desde esa distancia pensaron que me pegó, pero no fue eso.
Puso una sonrisa nerviosa que la niña imitó sin darse cuenta que lo estaba haciendo. La señorita Hepburn enarcó una ceja.
—¿Eso fue lo que pasó, Lesly?
—¡Sí! Me confundí y pensé que era Adam o Heidi quien se lastimó, por eso me asusté y me le acerqué.
La mujer no parecía estar del todo segura. En todo caso a diferencia del agitado chico, Lesly parecía estar bien, si acaso con suciedad en sus rodillas.
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Déjame ser tus ojos
FanfictionEl inesperado encuentro de Lincoln con una jovencita muy peculiar, que sin saberlo, cambiará su perspectiva de la vida, haciendo que Lincoln, tome una decisión que podría cambiar su vida. "Por comisión"