Reforzando lazos

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Cuando por la mañana Lincoln despertó gracias a la alarma de su celular a un lado, lo hizo de forma intranquila. El fin de semana había terminado y se sentía tan agotado como si fuese viernes por la tarde. Sentía su abdomen oprimido y el abrazo de alguien rodearlo por la cintura. Le hizo gracia a la vez que le conmovió el gesto de Lucy, quien había quedado oculta bajo su cobija.

—Luz, hay que ir a la escuela. Despiértate ya.

Al tratar de moverla, por respuesta su hermana lo abrazó con mayor fuerza, pero con cierto dejo de ternura. "Sigues siendo una niña". Lincoln pensó esto último ante su reacción.

Bajó su mano y le hizo una caricia en el cabello. Sintió una incomodidad húmeda en su abdomen. No podía creer que Lucy estuviese babeando.

—Lucy, vamos. Despiértate.

—Cinco minutos más, apestoso —Le contestó soñolienta.

—No tenemos tiempo. Llegaremos... espera, ¿qué?

Sorprendido al no reconocer la voz de su hermanita, Lincoln corrió de golpe la cobija sobre él. Malhumorada, Lucy estaba acostada con los brazos cruzados sobre su pecho a lo largo de la cama apenas por debajo de sus pies, siendo Lynn quien lo abrazaba por la cintura dominando a su lado la mayor parte del espacio de la cama.

—¡Lynn! ¿Qué estás haciendo aquí?

Tras abrir los ojos y tallárselos, Lynn lo soltó para erguirse dejando salir un bostezo antes de contestarle.

—Dormir de lo más cómoda. Papá me dejó faltar hoy a la escuela debido a que llegamos muy tarde de Detroit.

Lincoln pensó que no regresarían sino hasta medio día mientras él estaba en clases. Vaya que se habían adelantado para su sorpresa.

—Ah... ¿y cómo te fue allá?

Hizo una mueca molesta antes de refunfuñar.

—¡El equipo perdió! Tan cerca que estuvieron del campeonato y cometieron muchos errores en la última formación que les costó la victoria. ¡El final fue una porquería! Tanto para nada.

Realmente parecía resentida por el resultado de los juegos a los que asistió. Aunque por motivos distintos, Lucy también molesta se levantó.

—*Suspiro*. Lamento que no te hayas divertido, hermana. Si me disculpan, iré al baño para comenzar a alistarme ya.

—Lo que sea. Gracias por hacerme espacio anoche para quedarme con ustedes.

—Gracias a ti por no tirarme de la cama con los empujones que me diste para acaparar a nuestro hermano.

Ella se marchó y Lincoln se dirigió a Lynn al respecto.

—Por cierto, ¿por qué te quedaste conmigo?

—Estaba de malas y no había nadie en mi cuarto. Quería un reconforte y encontré a Lucy aquí.

Lincoln estaba por añadir que no parecía ser Lucy a quien buscaba por la forma en que al final la relegó al dormir, pero prefirió no mencionar nada.

—¿Cómo estuvo tu fin de semana? —ella le preguntó de pronto cambiando el tema— ¿Conseguiste el dinero que querías para el curso de dibujo?

—Sí. Finalmente tengo todo lo que necesitaba, por lo que después de clases iré a inscribirme.

—Bien por ti. Eso significa entonces que ya no estarás tan ocupado, ¿cierto?

Lincoln la miró suspicaz.

—¿Por qué?

—Bueno... ¿no quieres que hagamos algo juntos? Has estado muy ocupado las últimas semanas que casi ya no has jugado conmigo, además que el resultado del viaje todavía me tiene de malas. Podríamos... ¿no lo sé? Ver una película o hacer otra cosa como solíamos hacer antes.

Déjame ser tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora