Momentos incómodos

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Arte de portada de DsTriker21.

—Lincoln, cariño. ¿Todo está bien?

Rita con su puño tocaba a la puerta de su hijo preocupada por el ruido que Lola había escuchado salir de la habitación. Lynn en la cama y cubierta por la sábana y la cobija, temerosa trató de agravar su voz para responderle.

—Sí. Todo bien, mamá.

—¿Seguro? ¿Por qué no me dejas entrar?

—Ah... ¡Estoy leyendo cómics y estoy en ropa interior!

—Pues no deberías estar así. Suena a que te estás resfriando.

El acto de cambiar la voz no resultaba del todo convincente.

—¡Termino un par más y me vestiré! Por favor dame algo de privacidad.

Luna que salió de su habitación cargando a Lily tras haber escuchado todo aquel ruido, exclamó.

—¿Y desde cuándo te da vergüenza que te vean en interiores?

A Lynn le molestó que Luna interfiriera. ¿Qué le había explicado su hermano cuando ella le preguntó lo mismo?

—¡Desde que me dio recato femenino!

Afuera madre e hija se vieron confundidas entre sí por tal respuesta. Lily rio divertida.

—¡Linky dice cosas chistosas!

Tras dejar a Lana viendo televisión en la sala, Luan subió uniéndose al grupo frente a la puerta de Lincoln.

—¿Y ahora qué ocurre?

—Que Lola y yo escuchamos un golpeteo continuo en el cuarto de tu hermano muy extraño —Rita le explicó y del otro lado Lynn con tristeza miró su pelota de béisbol—, pero Lincoln no quiere abrir porque está en ropa interior, su voz está rara y le da vergüenza que lo veamos.

Luan se encogió de hombros.

—Significa que es un adolescente.

La comediante se acercó y golpeó un par de veces la puerta.

—¡Lincoln, escucha! Lo que estás haciendo no está mal. Muchos chicos de tu edad lo hacen. No tienes nada por qué avergonzarte. Termina con... tu momento relajación. Tranquilo. Sólo procura ser discreto que hay niñas pequeñas aquí que no tienen que saber todavía sobre las abejas y sus aguijones, también no hacerlo tan fuerte, no te lo vayas a arrancar, ¿está bien?

Del otro lado de la puerta, Lynn tan abochornada como lo estaban su madre y Luna que se apresuró a taparle los oídos a Lily, exclamó tras un largo silencio.

—S, sí. Está bien. Lo tomaré con calma.

Luan satisfecha se volvió hacia su madre y hermanas.

—Listo. Mejor hay que dejarlo solo. En esto nadie puede "darle una mano", que le basta con la suya, ¿entienden?

Se alejó riéndose de su propio chiste mientras que Luna tras torcer el gesto, se marchó con una muy confundida Lily.

—No entendí, Luna.

—Y eso está bien, hermana.

Un poco más tranquila, pero no menos avergonzada, Rita golpeó quedamente la puerta una última vez.

—Te, te hablaré cuando la cena esté lista, hijo. Ah... le diré a tu padre que hable contigo.... otra vez.

Lynn suspiró cuando su madre por fin se marchó, lamentando el no haber pensado antes que quizá el ruido que provocaba al rebotar la pelota alertaría a alguien que algo no andaba bien en la habitación. Se desquitaría con Lola por haberla delatado con su madre, si no fuese porque no tenía modo de explicar el por qué lo haría.

Déjame ser tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora