Ella es...

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Cumpliendo sus deberes como capitana de equipo, Lynn había sido la primera en llegar antes que el resto de sus compañeras al estadio, por consiguiente, su familia también fue la primera en ir a las gradas para esperar el comienzo del partido. Lynn recibió las acostumbradas muestras de apoyo de sus padres y hermanas antes de despedirse de ellos y bajar hacia los vestidores.

—Gracias por asistir, chicos. ¡Ya verán cómo haremos que esas chicas Hazeltucky muerdan el polvo!

—Estoy seguro que lo conseguirán. —Lincoln se hizo oír entre los vítores de su familia.

—Confiamos en que dejarán el nombre de Royal Woods muy en alto con tu ayuda. —Stella igualmente compartió su entusiasmo levantando ambos pulgares en señal de apoyo.

De la casa Loud y camino al estadio con vanzilla, la familia había hecho escala para pasar a recoger a la amiga de Lincoln en su casa. Lynn le sonrió de forma forzada.

—Sí. Gracias, Zhau. Haré un buen trabajo. Lincoln, ¿puedes acompañarme un momento?

—Claro, ¿necesitas algo?

—Sí. Necesito tu ayuda para un ritual de la buena suerte que olvidé hacer antes de salir de casa.

Stella se levantó.

—Eso suena divertido. Tengo curiosidad por ver uno, ¿puedo acompañarlos?

—No. Sólo lo necesito a él.

Y tras responderle de forma cortante sorprendiéndola, la Loud tomó de la mano a su hermano alejándolo del resto. Un tanto desconcertada, la amiga de Lincoln miró a las chicas Loud.

—Ah... ¿dije algo que no debí?

Leni se avergonzó por el comportamiento de Lynn, Lucy suspiró, Luna y Luan se vieron entre sí incómodas al igual que las gemelas, al resto la situación le fue indiferente. Los padres que ignoraban lo que sucedía se sorprendieron, así que se limitaron a disculparse por el comportamiento de su hija.

—A veces es algo grosera cuando está nerviosa por un juego —Rita le comentó—. No es nada personal, querida.

Algunas de sus hijas no quedaron muy convencidas de eso último. Luna tratando de amenizar el momento y que Stella no resintiera el cómo Lynn le habló, se acercó más a ella cuando regresó a su asiento.

—Entonces, chica. ¿Qué tal se llevan Lincoln y tú en la escuela? ¿Es un buen chico?

Stella sonrió recordando las advertencias que su amigo le había hecho la noche anterior por teléfono acerca de lo que ellas estaban suponiendo entre ambos. No le pareció de más divertirse un rato y darles algo con qué entretenerse con Lincoln más adelante.

—Por supuesto. Es el mejor amigo que he tenido.

—Ya veo.

—Además del más apuesto.

La sonrisa de las chicas se ensanchó por el efecto que produjeron sus palabras, mientras que internamente Stella se reía de ellas.

-o-o-o-

Lincoln mientras tanto se había detenido frente a la entrada del vestidor de las chicas a donde Lynn lo llevó.

—Mejor hagamos tus rituales aquí. No creo que pueda entrar ahí sin meterme en problemas.

Lynn respiró profundamente antes de encararlo.

—Lincoln, ¿hay algo que quisieras contarme?

El muchacho la miró extrañado.

—¿De qué estás hablando?

—Ya sabes... de ti y ¿Stella?

—¿De nuevo con eso? —el tema ya lo estaba cansando—. Ya te dije que ambos sólo somos amigos. Además, mira, si sucediera algo de verdad entre ambos, cosa que no creo llegue a pasar nunca por lo que ya te he explicado a ti y a las chicas cientos de veces, serías la primera a quien se lo contara... la última sería Lola, por mucho que me ahorre el trabajo de tener que decírselo al resto después.

Déjame ser tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora