Bakugo reía a carcajadas descontroladas, más que eso, se estaba ahogando en su propia risa al ver a Todoroki intentando tomar agua desesperadamente para bajar la picazón que tenía en su pobre lengua.
-Te dije que no cualquiera puede comer mi platillo favorito, tu te quisiste arriesgar- Alegó el cenizo preparando la soba fría como un remedio casero, al principio le iba a cocinarle su especial "heji soba" con las mejores algas, pero el bicolor era demasiado terco con que quería el platillo que más le gustaba a Bakugo.
-No pensé que te gustaba el picante, ahora entiendo porque estaba muy rojo el caldo- Intentaba decir tomando su vaso de leche, llenándolo repetidas veces por el ardor en su lengua.
-Claro que no, los extras no resisten mi sofisticado gusto, vamos, come está soba fría, seguro que te recuperas- Decía mientras le ponía el plato enfrente de él, no quería admitirlo, pero ver a Shoto con su carita roja y sus ojos cristalinos se le hizo demasiado adorable, de solo recordarlo le causaba cierta ternura.
Con algo de desconfianza miro ese platillo, el Todoroki miraba de reojo el color, bebió un último sorbo de su vaso dejándolo al lado por precaución, olió la soba descubriendo una nueva adicción, agarró sus palillos tomando una porción para ver la textura, se cuestionaba si sabía tan bien como se veía, por otro lado, Katsuki se estaba desesperando, entendía que desconfiara del platillo pero le tomaba mucho tiempo para solo darle un bocado, iba a gritar si no fuera porque el heterocromatico por fin comió.
-¿Y bien?- Pregunto Katsuki con fingido desinterés, se preocupo al no recibir respuesta del contrario, así que se acercó un poco para ver su expresión, pero al ver la cara de felicidad del bicolor calmo sus dudas, incluso se lo comió tan rápido que se llegó a ahogar por la emoción.
Shoto tosió un poco calmandose en el proceso, miro fascinado el plato que tenía enfrente, sin duda sería su platillo favorito para toda la vida, empezó a comer con más calma mirando de reojo su teléfono en una mesita en la esquina, lo estaba cargando y estaba al pendiente del aparato, era muy raro no tenerlo en su bolsillo.
-Tranquilo fresita, tu celular no ira a ningún lado- Dijo el cenizo dándole la espalda para iniciar a lavar los utensilios, al principio lo iba a llevar al cine o al parque, incluso a una feria, pero pensó que esto era más íntimo y significante que esos lugares.
-Lo siento, solo me preocupe por Midoriya...- Contesto con sinceridad, era verdad, Izuku en ningún momento se comportó mal con el, incluso fue amigable, era cierto que los celos lo cegaron con facilidad por compararse con el peliverde, si se hablaba del físico sentía que no tenía oportunidad, después de todo, tenía una fea cicatriz en su rostro, pero dejando sus inseguridades de lado, él chico esmeralda fue muy dulce, incluso presto atención cuando le explicaba los temas.
-¿Ah? ¿Por Deku? No me digas que ahora quieres pasar el tiempo con el nerd- Sonó molesto, pero ciertamente no lo estaba, solo se le hizo extraño teniendo en cuenta que estaba ansioso por irse en la motocicleta, suspiro empezando a secar las ollas.
-No... No es eso, solo que actúe muy precipitado, siento que fuí grosero sin ninguna razón, debería disculparme mañana- Finalizó terminando de comer, sonriendo un poco por haber probado la mejor soba del mundo, al menos para el Todoroki, era un sabor incomparable.
-PFF Como quieras, pero yo no me arrepiento de nada- Dijo sin rodeos, secó sus manos y se fue a sentar en el sofá, dándole señas al bicolor para que se sentará a su lado.
Shoto entendió enseguida, parándose de su lugar para sentarse al lado del cenizo, no era raro que en éste largo tiempo juntos hayan fortalecido su relación, el bicolor cerro sus ojos recargando su cabeza en el hombro de Bakugo, cierto, el sábado iba haber una cena familiar, vagamente recordaba el compromiso, pensaba en como saltarse la reunión. No quería pasar los silencios incómodos o debatir sobre como Endevor había arruinado su vida, no era cercano a Natsuo, ni siquiera a Touya, rara vez interactuaban entre ellos, con la que llevaba una relación más o menos estable era Fuyumi pero seguro estaría hablando con su esposo, inconcientemente hizo una mueca, todos tenían derecho a un invitado, pero por obvias razones no iban a invitar a nadie, lo que menos querían era que alguien supiera de sus problemas familiares.
