Shigaraki tenía un carácter fuerte que lo guiaba a ser una persona directa y concisa, aún así le encantaba jugar con las personas, les daba esperanza para después aplastar sus sueños, era una de las ventajas de ser un reconocido médico, aunque sus compañeros pensaban que era cruel por ese gusto de anunciar una muerte, en realidad tomaba muy en serio su trabajo, dando como resultado un éxito del 97% de sus operaciones. El "problema" ahora es que desde hace semanas se había tomado un tiempo del trabajo, solo pedía que lo llamarán para operaciones complejas y ayudar a los pasantes los fines de semana, ¿La razón? Estaba preocupado por su actual pareja.
Desde un inicio Tenko se daba cuenta de los problemas familiares de su novio, principalmente por la actitud de Dabi con respecto a su familia, pero le resto relevancia ya que, pensó que solo sería un polvo nada más, una noche placentera, amigos con derechos... No pensó que se enamoraría de la persona que tenía todo lo que odiaba en un individuo, incluso las cosas más pequeñas que le causaban molestia, Touya las tenía, pareciera que Dios creo a su antagónico.
Tomura le gustaban los lugares tranquilos dónde no hubiera mucha gente, Dabi le encantaban las fiestas y perderse en el alcohol, recuerda que una vez lo llamó por amanecer al otro lado del país, no sabía cómo había llegado a la frontera de Japón; Shigaraki pensaba que el éxito se obtenía con esfuerzo y perseverancia, Dabi tenía esa terquedad por lograr una meta, no se rendía facil y Tenko cayó en esa virtud que lo volvía loco, si, tenían muchas diferencias, desde religión hasta gustos en la música o películas, pero también tenían esa conexión que los mantenía juntos.
Regresando al presente, hace días que Shigaraki no encontraba el rastro de Dabi, le había marcado a ambos celulares, uno de su negocio de sustancias dudosas y el teléfono personal, enviado innumerables mensajes sin éxito, incluso por cualquier duda recorrió los reclusorios y cárceles de la zona y aún seguía sin rastro de su pareja, actualmente se encontraba fuera de su departamento buscándolo en su automóvil. Recorría las calles y las avenidas a baja velocidad, visualizando a los indigentes con la esperanza de encontrar a su novio tirado en la banqueta, apretó el volante por la frustración, no esperaba que su primera vez conduciendo el auto de sus sueños fuera en esta situación, Touya le había regalado el auto en su cumpleaños, pero se negaba a conducirlo por orgullo, incluso se compró uno mejor para demostrar que el dinero no le faltaba, pero por desgracia ese automóvil fue detenido días atrás estacionarlo en un local, al inicio solo era una infracción, sin embargo, ciertos insultos por parte del pelinegro obligo a los policías a llevarse el lujoso auto.
Shigaraki soltó una sonrisa amarga ante el recuerdo, incluso en estás situaciones podía maldecir al pelinegro, suspiro cansado regresando a su hogar, metiendo el carro al estacionamiento del edificio, en cuanto apagó el coche dejó caer su cabeza en el asiento cerrando los ojos en el proceso, paso ambas manos sobre su rostro antes de salir del auto, se encamino a su departamento, saco sus llaves y abrió la puerta con suavidad, escuchando ruidos extraños en su cocina, se puso alerta, cerró la puerta con seguro en silencio, se relamió los labios antes de caminar a paso lento a un mueble que estaba cerca de la entrada, abrió el cajón sin hacer ruido, aún escuchando esos sonidos raros, de su estante saco una pistola que tenía guardada, sin esperar nada más cargo las municiones y se encaminó a su alacena, en cuanto vio la silueta de un hombre sacando sus refrigerios lo apunto.
-Si te mueves, una bala atravesará tu pecho- Habló con ferocidad, al mínimo movimiento planeaba disparar.
El cuerpo del pelinegro se tenso, alzó las manos y se giró aún comiendo un sándwich, arqueando la ceja por la agresividad de su amante.
-Cuanto alboroto por un sándwich- Contesto Touya terminando de comerse el aperitivo que había hurtado.
Tenko se quedó estático unos segundos, procesando lo que estaba ocurriendo, después sintió un gran alivio de saber que su pareja estaba bien, luego un enojo incontrolable lo invadió y le aventó la pistola hacia la cabeza, atinando justo en la frente.