Capítulo 3.

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—En el centro de Londres, edificio 1369, tercer piso, departamento B —dijo Claudia leyendo el papel que la profesora Carvajal me había entregado.

Nos encontrábamos en mi habitación, Claudia estaba sentada con una pierna flexionada y la otra aplastado por su trasero.

Yo estaba en el piso, todos mis instrumentos de arte estaban a mi alrededor, desparramados, lápiz, regla, pintura y mi pequeño caballete con un lienzo apoyado en él.

No sabía muy bien que pintar o que hacer, así que solo me quede viendo el lienzo para ver si una idea venía a mi cabeza, pero...nada.

Mire a Claudia que seguía con el papel en la mano mirando como queriendo que cobre vida o algo por el estilo.

—Estoy en blanco, creo que perdí el toque —bufé algo molesta mientras me acostaba al lado de mi amiga con la mirada en el techo blanco.

—No creo, seguro tu cabeza esta algo desconcertada y por eso no te sale nada —dijo ella mientras se acostaba a mi lado.

Le saque el papel de la mano y lo observe.

—En el centro de Londres, edificio 1369, tercer piso, departamento B —leí lo que decía el papel, después lo pegué a mi pecho. —Tu tuviste la idea ¿Qué le voy a preguntar? —pregunte girando la cabeza para mirarla, ella hizo el mismo acto y nuestras miradas se cruzaron.

—No sé, esa idea me salió en ese momento, no tengo mucha imaginación para las preguntas —dijo y se mordió el labio inferior.

Rodeé los ojos y volví mi vista al frente.

La puerta sonó y la criada entró, mi madre es una famosa diseñadora de moda, gana millones cada semana y vivimos en una casa bastante grande, también tenemos una criada, Olga.

—Permiso señorita Valdés —pidió permiso tímidamente, era una mujer adulta, tenía el pelo canoso, atado en un rodete y la estúpida vestimenta que le hacía poner mi madre.

—Olga he pedido que me digas Juliana, señorita Valdés me hace ver horrible —dije mientras me sentaba en la cama y fruncía el ceño. —¿Qué sucede? —pregunte.

—Es su madre, en el teléfono —dijo y se acercó para alcanzarme el teléfono.

—Gracias —lo tome, ella asintió y se marchó de la habitación.

—¿Mamá? ¿Qué sucede? —pregunte al contestar el teléfono.

—Juliana hija, tengo unos problemas acá en la oficina, unos vestidos no se entregaron a tiempo y debo resolverlo, tal vez no pueda hoy a la noche —dijo con un tono preocupado.

—Mamá por favor no lo hagas otra vez, el viernes pasado me has fallado, no otra vez, por favor —dije levantándome de la cama y comenzando a caminar por la habitación, no ella no podía hacer esto, hoy era viernes, eso decía que teníamos que ver una película de terror siempre lo hicimos con papá era una tradición, una tradición una obligación, papá lo declaro así y así debe quedar.

—Lo se hija y lo siento mucho, pero no puedo tengo que resolver esto —dijo. *Guadalupe, ven te necesitamos*—se escuchó en la otra linea la voz de su asistente, Lissa.

—Hija debo colgar, lo siento mucho, otro día será, adiós —dijo y colgó dejándome con la palabra en la boca.

Enojada, colgué el teléfono y lo tiré en el escritorio que tenía en una esquina.

—Hey ¿Qué ocurre? —pregunto Claudia parándose y poniéndose al frente mío.

—Mi madre, nuevamente me va a fallar —dije con lágrimas en los ojos, no era por tristeza era por enojo —¿por qué lo hace? ¿Por qué siempre me pone después de su trabajo? Nunca le voy a importar, siempre esta su trabajo antes que yo —gruñí molesta, tenía ganas de romper todo y tirarlo a la mierda.

Mi Alumna Favorita | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora