Capítulo 23.

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Embarazada, dios esa palabra era la única que estaba en mi mente ahora, embarazada, si estaba embarazada, tenía un pequeño o pequeña Valentina.

Una imagen de un niño corriendo por el parque igual a Valentina me vino a la mente y no pude evitar sonreír, pero después mi sonrisa se esfumo.

¿Qué pensará Valentina de todo esto? ¿un bebe era algo grande? ¿y si ella no quería? ¿y si me dejaba con él bebe?

Dios, esto me estaba matando.

Sentí como una persona se sentaba a mi lado, pero no me asuste o gire la cabeza para ver quien era porque sabía perfectamente quien era.

—¿Que harás ahora? —pregunto Claudia a mi lado. —¿Abortaras? —pregunto mientras ponía un mechón detrás de su oreja.

Gire mi cabeza y enfrente su mirada, la idea de abortar me taladro la cabeza toda la noche, pero ¿qué hacer?

Tomé aire y respondí.

—No, me lo quedare —susurre, sabía que sería una buena idea, era una buena idea, no podía quitarle la vida a una personita que no tenía nada que ver.

—Está bien —dijo frotando mi espalda para darme animo —Yo estaré contigo en todo momento ¿me escuchaste? —pregunto cerca mío.

Asentí y sonreí.

—¿Lista para ir al médico? —pregunto parándose.

Levante la vista del suelo y asentí.

Para eso la había llamado para encontrarnos acá, quería ir al médico y tener una segunda opinión porque no quería confiar de un test.

—Vamos —dijo alargando la mano para que la tomara, agarre mi morral y después su mano.

(...)

Entramos al hospital y nos dirigimos a la secretaria.

—Buenos tardes, ¿que necesitan? —pregunto la señora de mayor edad con amabilidad.

Mire a Claudia y ella me miro también, no quería hablar así que le pedí —por la mirada —que hablara ella.

—Necesitamos hacer un test de embarazo —dijo y la mujer paso su mirada de Claudia a mí y después volvió a Claudia nuevamente.

—¿Para quién es el test? —pregunto con un tono algo amable.

—Para... para mi —murmure.

Ella asintió y después puso una hoja frente a nosotras.

—Muy bien llene esta nota con tus datos y después entregarla —dijo y me dio una lapicera, apoye la hoja sobre la mesada y comencé a escribir, la hoja decía cosas que los médicos deben saber, que edad tenia, nombre completo, tipo de sangre, todo eso.

—Acá tiene —dije después de completar la ficha.

—Muy bien —dijo la señora agarrando la hoja y mirándola, escribió algo en ella y después me la entrego —Vallan por ese pasillo y toquen la última puerta, te harán un examen de sangre, después el doctor te dirá los resultados —dijo la señora y sonrió a media.

—Está bien, gracias —susurré y comencé a caminar junto con Claudia por el pasillo hacia la puerta.

Claudia toco la puerta y después de unos segundos un hombre de pelo castaño y bata blanca abrió la puerta.

—¿Sí? —pregunto mirándonos.

—Tengo que hacerme una prueba de sangre —dije y le entregué el papelito que la secretaria me había dado.

Mi Alumna Favorita | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora