Epílogo.

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6 AÑOS DESPUÉS ...

Ahora puedo comprender la frase "Después de la tormenta sale el sol" ya que lo viví en carne propia.

Estos últimos 6 años fueron perfectos, yo comencé y termine la universidad, me dedique al arte que era específicamente mi vida, tendría pronto una exposición en una de los más grande galerías de Londres, estaba trabajando mucho con este proyecto que a decir verdad lo amaba.

Valentina sigue trabajando como profesora, pero ahora en una universidad donde le va mejor, la vida junto a ella es perfecta y única, llena de amor y alegría, compramos una casa con jardín grande, tres habitaciones, un living, cocina comedor, dos baños y dos estudios una para mí y otro para Valentina.

Se escucha tres golpees desde la puerta de mi estudio.

—Pase —grite cerrando mi computadora donde estaba viendo algunas cosas.

Valentina entro a mi estudio con un pequeño bulto entre sus brazos, yo apenas las miro sonrió de oreja a oreja.

—Siento molestarte, pero alguien quiere a mamá —dijo con una sonrisa.

Si lo que escucharon, mamá, SOY MAMÁ, el pequeño bulto que sostiene Valentina es nuestra hija de tan solo 2 meses de vida, la llamamos Antonella como quería Valentina, ella es hermosa, su carita redondita y unos grandes cachetes, los ojos azules como los de Valentina, el pelo se está empezando a notar y es de color rubio.

—Aquí estoy —dije acercándome a ellas y agarrando a Antonella en mis brazos, ella se movió un poco, abrió los ojitos, nos miró a ambas y después bostezo para volver a cerrarlos.

Mire a Valentina y ella solo sonreía, Antonella era tan pequeña y linda, no pesaba casi nada así que no era un peso en mis brazos.

Desde la sala se escucha un diminuto llanto y rápido fuimos las dos.

—Shh —dijo Valentina acercándose a una cuna donde estaba nuestro hijo, sip, DOBLE MAMÁ, resulta que tuve mellizos, una nena y un varón, el también tiene el pelo rubio y los cachetes redondetes. —Shh tranquilo —dice Valentina mientras lo toma en sus manos y lo alza, lo pone contra su pecho y comienza a darle palmaditas.

—Eres buena en esto —dije mientras camine hasta el sillón y con cuidado me siento en él, comencé a acariciar el cabello de Antonella, era suave.

—Tu tampoco lo haces tan mal —dijo ella sentándose a mi lado con el pequeño en brazos con dos biberones en la mano.

—Aquí tienes —dijo entregándome el de tapa rosa.

—Gracias —dije mientras lo agarraba y le saco la tapa.

Lo acerqué a la boca de mi pequeña y con cuidado comencé a alimentarla.

—¿A qué hora vendrán los otros? —pregunto Valentina.

Estaba por responder, pero en eso sonó el timbre.

—Yo voy —dije y me puse de pie con Antonella en brazos y el biberón en la mano.
Abrí la puerta y ahí encontré a Claudia con dos cajas grandes una azul y otra rosa.

—Hola —dijo feliz apenas me vio.

—Cállate, están durmiendo —dije refiriéndome a los bebes.

Claudia se tapó la boca y después sonrió. La deje pasar y puso las dos cajas en el suelo.

—Quiero tener a mi sobrina —dijo dando pequeños brinquitos, sonreí y le di con cuidado a Anto.

—Dios que chiquitita es —dijo sonriendo mientras la miraba con adoración, saludo a Valentina y se sentó a su lado en el sillón para darle el biberón.

Mi Alumna Favorita | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora