Capítulo 20.

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Maratón 5 / 5

Después de la charla, por así decirlo de Valentina y yo, no la volví a ver en todo lo que falto de hora de salida, por suerte, ya que no quería cruzármela, la palma me dolía un poco pero no iba a aflojar, estaba enojada con ella y encima sumarle a eso una amenaza ¿de verdad? aun no sabía que iba a hacer si ir o no, mi cabeza estaba confundida.

Apenas toco el timbre de salida, me tome un taxi y llegue a casa.

Cuando entre subí a trotes a mi cuarto y me cambié de ropa, algo abrigado ya que estaba algo fresco.

Bajé a la cocina, mi panza rugía, y como no, si lo único que consumí esta mañana fue café, pero ahora tenía hambre en exceso, mucha.

Entre a la cocina y me dirigí directo a la heladera, lo abrí y comencé a sacar un montón de cosas, kétchup, jugo, toda clase de fiambres, después cerré la heladera y abrí el estante, de allí saqué el pan lactal, un plato y un vaso, puse todo en la mesada y me senté en un banco frente a toda la comida.

Saqué dos rebanadas de panes y lo puse en el plato.

Me sentía algo mareada y mi panza aun rugía.

—Cállate —gruñó a mi panza y esta como haciéndome burla lo hizo más fuerte.

Comencé a prepararme un sándwich, tenia de todo y le ponía de todo.

Después cuando al fin termine, lo aplaste un poco con mi mano y lo comí.

Mientras comía miraba cada dos segundos el reloj que estaba en la puerta de entrada de la cocina, este marcaba las 14:45 pm, en aproximadamente 15 minutos debía verme con Valentina cara a cara, pero ¿Qué hacer? no quería ir, pero a la vez sí, no quería verla a los ojos no podía, mejor dicho, dios esto me estaba matando.

—Señorita ¿está bien? —pregunto Olga al lado mío asustándome.

Del susto solté el sándwich y este callo en el suelo.

—Diablos —murmure levantándome de la silla.

—Lo siento tanto señorita —dijo ella apenada.

—Tranquila no fue nada, ahora lo limpio —dije mientras me agachaba a recogerlo.

—No, déjalo ahí yo ya lo limpio —dijo ella.

—¿Segura? —pregunte poniéndome de pie.

—Si, es mi trabajo —dijo y sonrió a medias.

—Está bien —Sali de la cocina, aún tenía hambre. Subí las escaleras y fui a mi cuarto.

(...)

Eran las 15:15 pm y yo como tal tarada estaba parada en frente a la puerta del departamento de Valentina, aún no había tocado la puerta no quería hacerlo, no quería enfrentarme a ella, no.

La puerta del departamento de Valentina se abrió y cuando ella me vio se quedó quieta, tenía una chaqueta de cuero y las llaves de su auto en la mano izquierda ¿iba a ir a mi casa?

—Viniste —dijo en un susurro.

—Solamente para que no vallas a mi casa y para no tener que darle una explicación a mi madre de porque mi profesora de Literatura estaba en mi casa queriendo hablar conmigo —dije fría y ella sonrió a medias.

—Pasa —pidió corriéndose de la puerta, trague saliva y pase.

No me saque la campera ni el morral, no me iba a quedar mucho tiempo, bueno eso es lo que pensaba yo.

Caminé directo al sillón y me senté con mi morral en mi regazo.

Mira por la ventana, el cielo estaba algo nublado el sol era tapado por las nubes, esas feas y grises que casi todos odian.

Mi Alumna Favorita | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora