SEXTO CAPITULO

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Daniela estaba acostada en el sofá viendo la televisión, esperando a que dieran las cinco para poder ir a casa de Poche. Frunció el ceño cuando hubo un fuerte golpe en su puerta, pero terminó riendo cuando escuchó la voz de Poche afuera.

Poche: ¡Luna, esa no es nuestra puerta!

Calle se levantó del sofá y abrió la puerta para ver a Luna sonriéndole, con ambos brazos alrededor de Toby el perro.

Luna: Hola (Chilló la joven, rebotando ligeramente sobre los dedos de sus pies).

Calle: Hola bonita. (Calle sonrió, agachándose frente a Luna).

Luna: Mamá y yo iremos al parque y me dijo que podía invitarte a venir.

Poche: Dije una vez que te cambiaras, Lunis. (Dijo Poche, sonriendo a modo de disculpa a Calle mientras colocaba su mano sobre la cabeza de Luna).

Luna: ¿Quieres venir? (Luna preguntó esperanzada).

Calle: Por supuesto que sí. Deberías cambiarte y yo iré a cambiarme y te veré afuera, ¿de acuerdo? (Luna asintió felizmente, corriendo hacia su propia puerta).

Poche: Realmente no tienes que venir. (Poche dijo mientras Calle se ponía de pie, apoyada contra el marco de la puerta).

Calle: Yo quiero ir. ¿Por qué estas afirmando? ¿No me quieres a mí en el parque?

Poche: No, no. Sí, no quiero que te sientas obligada a ir porque Luna te lo pidió.

Calle: No me siento obligada. No es una obligación estar contigo e Luna, me divierto con ustedes.

Poche: Solo pensé, tal vez, a veces tendrías mejores cosas que hacer.

Calle: No puedo pensar en una mejor manera de pasar mi tiempo. (Calle se encogió de hombros, sonriéndole a Poche).

Luna: ¡Mamá, vamos, quiero ir al parque! (Luna resopló, golpeando el suelo con los pies).

Poche: ¿Nos veremos aquí en diez minutos?

Calle asintió, cerrando la puerta principal antes de subir las escaleras para cambiarse. Una vez que Calle se cambió, bajó las escaleras, agarró su bolso antes de salir, donde Poche y Luna la estaban esperando. Luna sonrió emocionada al ver a Calle, rebotando sobre los dedos de sus pies.

Luna: ¡Vamos! Date prisa, quiero subirme a los columpios.

Calle: Apuesto a que puedo columpiarme más alto que tú. (Dijo Calle, una sonrisa cariñosa se extendió por sus labios cuando Luna tomó su mano).

Luna: De ninguna manera. He estado practicando mi balanceo por mi cuenta y ahora voy súper alto.

Calle: Ya veremos, niña.

Luna: Mami, dile. Dile lo alto que puedo llegar. (Luna dijo, tirando de la mano de su madre).

Poche: Ella puede llegar muy alto. (Poche estuvo de acuerdo con su hija, sonriéndole a Calle).

Calle: Tendremos que llegar y ver. (Calle sonrió, mirando a Poche).

Luna: Sí Calle (Luna sonrió).

Calle: ¿Cómo estuvo la clase?

Poche: Sí, bien. Aburrida. (Poche se encogió de hombros). ¿Qué hiciste todo el día?

Calle: Comí papas fritas y vi la televisión.

Poche: Productivo.

Calle: Era un espectáculo sobre pingüinos y me entere en que a veces se dedican a la prostitución, vendiéndose por piedras y comida.

Poche: No lo demuestran con esa carita tierna que tienen.

Calle: Sí, es como si esa película no fuera un documental confiable. (Calle bufó, poniendo los ojos en blanco en broma). Lo siguiente que sabes es que dirán que los pingüinos no bailan.

Luna: Pero lo hacen, los pingüinos si bailan. (Luna aseguró, asintiendo con la cabeza mientras miraba a Calle).

Calle: Bien, me estaba preocupando.

Luna sonrió, tirando de las manos de ambas chicas mientras corría hacia el columpio. Luna saltó al columpio en el extremo más alejado y tanto Calle como Poche tomaron asiento a la izquierda sobre los columpios, moviéndose lentamente de un lado a otro.

Poche: ¿Desde cuándo conoces a Alejo? (Poche preguntó haciendo que Calle apoyara la cabeza contra las cadenas y la mirara). Ambos parecen más hermanos que amigos.

Calle: Desde el primer día de preescolar, lo empujé a la caja de arena y fue un cariño a primera vista. (Poche solo asintió contra las cadenas, mirando a Calle con una ligera sonrisa en su rostro).

Luna: ¡Mira Calle! Mira lo alto que voy. (Luna llamó y Calle se volvió hacia la niña).

Calle: Wow, parece que subestimé seriamente tu habilidad de balanceo, mini Garzón.

Poche: ¿cómo sabes mi apellido?

Calle: Ella me dijo. (Calle dijo, volviéndose hacia Poche) El primer día que la conocí.

Luna: Voy a jugar en el tobogán. (Luna anunció, corriendo hacia el tobogán de metal).

Calle: ¿Siempre quisiste tener hijos? (Preguntó Calle).

Poche: Sí, pero no tan joven como lo hice. ¿Y tú? ¿Quieres hijos?

Calle: Sí, pero no quiero dar a luz. Parece que duele mucho, así que siempre dije que si alguna vez iba a tener hijos, otra persona los tendría o adoptaría.

Poche: Duele. El peor dolor por el que he pasado, pero vale la pena. Dicen que adoptar no es realmente lo mismo, no tienes la misma conexión.

Calle: No eso es mentira, solo creo que no importa si lo llevaste y lo diste a luz, ¿sabes? Lo que te convierte en mamá es cuidarlo y amarlo incondicionalmente.

Poche tarareó de acuerdo, sus ojos siguieron a su hija mientras corría alrededor del columpio.

Calle: Estás haciendo un trabajo increíble. (Calle murmuró, captando la atención de Poche). Quiero decir, equilibrar la escuela con la crianza de un niño, no podría haber sido fácil, todavía es difícil, pero lo estás haciendo y ella es un verdadero mérito para ti.

Poche: Gracias Calle, eres un amor. (Poche dijo y Calle solo le sonrió, volviendo sus ojos hacia Luna. Calle pudo sentir los ojos de Poche posándose en ella por un par de segundos antes de que ella también volviera a mirar a su hija).

LA OTRA PUERTA ||  CALLE Y POCHE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora