Capítulo O1

338 25 2
                                    

Depravación y la cuadrilla prohibida

    El peso de mi cuerpo empezaba a ser notorio cada segundo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    El peso de mi cuerpo empezaba a ser notorio cada segundo. Mi conciencia estaba ahí, pero parecía no reaccionar muy bien a la situación, pues sabía que estaba dormida, aunque consciente. Solo no quería despertar. Sin embargo, los murmullos de fondo llamaron mi atención, al punto en que sabía que habían personas hablando, pero no sabía que decían por la poca colaboración de mi parte en querer despertar.

Entonces, algo que no pude ignorar fue la luz chocando en mi rostro. Mi conciencia empezaba a recomponerse, o al menos lo suficiente como para cuestionarme si había dejado la cortina abierta la noche anterior. Pero, mientras mi cabeza más se aclaraba, y más entendía los murmullos de fondo. Recordé que mi habitación no necesitaba cortinas ya que mis ventanas de madera siempre estaban cerradas, además era imposible haberme quedado dormida con la luz encendida.

Así que... ¿Dónde estoy?

Curiosa por saberlo, fuí abriendo mis ojos poco a poco mientras que estiraba mi cuerpo. Me costó un poco adaptarme a la luz del pasillo que entraba por la puerta abierta, lo cual pude distinguir a duras penas.

—¡Akira! —la exclamación de mi nombre fue de dos personas, a las cuales identifiqué como las figuras que habían estado paradas en el marco de la puerta hasta correr y arrodillarse a un lado de la cama mientras yo me sentaba aún confundida.

¿Esas voces no son algo familiares?

¿Este lugar...?

—Akira, ¡Gracias a los Dioses que estas bien! —entonces, mi cerebro empezó a procesar mejor. Esa mujer de cabello castaño que estaba llorando era María, la madre de Ritsuka y Lindo. Mientras que a su lado, estaba Azuna, mi mejor amiga, quien lloraba de igual forma.

—¿Te encuentras bien? ¿Estás lastimada? —inquirió la rubia poniéndose de pie y sosteniendo mi rostro entre sus manos, inspeccionandolo.

¿Por qué estoy en la habitación de Ritsuka?

—¡E-estoy bien! —me quejé alejando sus manos de mi cara—. La pregunta es; ¿qué les ocurre a ustedes? ¿Por qué están actuando así?

La señora María, quien había sido como una segunda madre para mi, parecía no procesar algo desde que me habló, pues estaba quieta en su lugar mientras lloraba. O al menos así fue hasta que dije lo anterior, pues ella y Azuna se miraron entre si con expresión seria y silencio absoluto. Por la lentitud de sus movimientos, supuse que estaban preocupadas y conmocionadas por lo dicho.

—¿Qué ocurre? —pregunté extrañada por sus reacciones.

—Actúas como si nada hubiese pasado —murmuró Azuna en un tono muy bajo, mientras volvía a sentarse lentamente.

Pareció decírselo a si misma de forma pensativa.

—¿Qué pasó? —hablé manteniendo mi expresión de confusión. Una vez más, se miraron entre ellas.

𝐄𝐋𝐋𝐀 ━━ Dance with Devils [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora