𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋 ┊ Chifuyu Matsuno. ☑

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𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋

El sonido de la campana dio por finalizada la clase, el maestro encargado de ello se retiró, seguido el resto de alumnos comenzaron a salir poco a poco, me estiré levemente en mi lugar, estaba exhausta, me quité los lentes, guardándolo en su cajita correspondiente, después, guardé mi cuaderno y libro en mi mochila.

— Ah~Por fin receso, por lo menos ya queda una sola clase, ¡Luego nos iremos a casa! — Celebró Suki. 

Suki era mi mejor amiga, en las clases nos sentábamos juntas y compartíamos ideas, en cuanto a los recesos, solíamos salir a dar una vuelta antes de volver a la próxima clase. 

— Una clase más, creo que viene el maestro de química. — Murmuré, elevando la mirada en pose pensativa.

— ¡Nooooo!

— Posiblemente nos deje tarea, ya sabes como es. — Finalicé mi oración.

— Odio ese profesor, no me gusta. — Hizo un puchero.

— Que se le va hacer. — Me encogí de hombros.

— Matsuo-san. — Se acercó una chica, apresurada.

— ¿Hm? ¿Qué sucede? — Pregunté viéndola, era raro que me hablase y más raro que viniese de manera apresurada.

— Es él otra vez, se encuentra en el pasillo. — Acusó.

Suspiré cansada, el mismo chico de siempre creando problemas, ¿acaso no se cansa? Dios, paciencia para lidiar con ese chico.

— Lo de todos los días. — sonrió Suki.

Sin decir nada, me levanté y me aproximé a la puerta, dejando el salón atrás, caminé por el largo pasillo, algunos que estaban allí miraban curiosos, tampoco es que incomodaran sus miradas, dando la vuelta para adentrarme a otro pasillo, me detuve al frente del circulo problemático. El mismo chico de siempre había dejado en el suelo a tres chicos, levanté la mirada, cruzandola con la de él.

— Chifuyu Matsuno. — Mencioné con total calma.

— ¿Hah? — frunció ligeramente el ceño.

Todos los demás que estaban en el pasillo, estaban expectantes ante la situación.

— ¿Es necesario causar problemas todos los días? — Pregunté.

Gruñó por lo bajo, metiendo sus manos a los bolsillos. — Me han provocado.

Suspiré cansada de la misma excusa. — Vete al salón.

— ¿Hah? Tu no me mandas. — Se negó.

Enarqué una ceja. — ¿Quieres meterte en problemas? ¿Te recuerdo que soy parte del grupo de consejo estudiantil? Repito, vete al salón.

Él chasqueó la lengua y se marchó con sus amigos, volví a suspirar y me acerqué a uno de los chicos, que claramente quedó consciente.

— ¿Estás bien? — Pregunté, dándole la mano.

El chico se sonrojó. — ¡S-Si! ¡G-Gracias presidenta! 

— No se metan en problemas y vayan al salón, la próxima clase empezará pronto. — Aconsejé.

— ¡S-Si! — El chico ayudó a sus compañeros y se marchó.

Me di la vuelta y me volví a mi salón, ser la presidenta del consejo estudiantil es complicado pero, aún así me esforzaba por hacer lo mejor posible, por el bien de todos. Entré al salón, deteniéndome a medio camino, giré la mirada hacía Chifuyu, este me estaba viendo con una mirada seria mientras escuchaba lo que sus amigos decían, dejé de verlo y me senté en mi lugar.

— Eres increíble, Moe, eres la única que logra controlarlo a él. — Los ojos de Suki brillaban.

— ¿Qué dices? — Saqué el cuaderno y libro de química. — No lo controlo, él es un chico inteligente, dudo que quiera meterse en problemas con el director.

— A veces pienso que no te das cuenta de las indirectas he... — Movió sus cejas.

— No tengo tiempo para eso, déjalo Suki. — Hice una mueca.

La campana volvió a sonar, por lo que, me coloqué los lentes, colocando algunos mechones de mi cabello rebelde tras mi oreja.

— ¡Buenas tardes! — Saludó el profesor, ingresando.