18

160 18 0
                                    

- ¿Ahora qué pasa? - Pregunta Kaname mirando de reojo a Zero

- Yuuki, pretende que en este viaje pase algo entre ustedes -

- Eso es absurdo -

- ¿Absurdo? Casi se besaron -

- Zero, estoy contigo, tú eres mi pareja -

- Soy el hermano de tu mujer -

- De nuevo con lo mismo -

- Son familia, tienen tres hijos, contra eso no puedo competir -

- Esto no es una competencia, yo estoy contigo, te amo... -

- ¿Qué? - dice Zero asombrado de oír esas palabras

- Zero, por favor no arruines esto -

Zero se lo quedo mirando más que asombrado. Kaname se detuvo en la berma y se acercó al rostro de Zero.

- Necesito que lo entiendas, yo estoy contigo, yo siento cosas importantes por ti -

- Pero... -

- Pero nada, si no crees en mis palabras, quizás me creas con hechos -

Zero sonrió feliz y se abalanzó sobre el castaño, lo besó una y otra vez, hasta quedar literalmente sobre Kaname, jaló de la palanca y el asiento del piloto quedó en un perfecto ángulo de 180 grados.

- Calma...Zero -

- Siempre quise hacerlo en un auto como este - responde el muchacho

- Zero, estás loco, soy lo suficientemente adulto para darme cuenta que esto es una muy mala idea, ya no soy un adolescente y menos a plena luz del día - Zero lo miró con desilusión - Vuelve a tu asiento y te llevaré a un lugar muy lindo -

Zero obedeció, pero su rostro parecía la de mi un niño que había sido regañado por su papá. Siguieron el camino, pero en una de las salidas de la carretera se desviaron.

- ¿Dónde vamos? -

- A un sitio lindo, donde puedas hacer todo lo que quieras -

- Solamente quiero ir a casa con papá -

- ¿Tienes miedo? -

- No -

- Anda no seas cobarde -

- Yuuki se enfadará y estoy seguro que le va a llamar al ver que no vamos tras de ella -

- No mientas - pero no alcanzó a decir nada más cuando Yuuki lo llamo - Hola, Yuuki -

- ¿Dónde están? ¿Por qué ya no los veo? -

- Tuvimos que hacer una parada de emergencia. Tu hermano estuvo a punto de vomitar mi auto, así que me desvíe un poco - Zero lo miraba con indignación - Y como yo soy el responsable de que haya bebido más de la cuenta me estoy ocupando de él -

- Si quieres me regreso -

- No, no sería justo para los chicos -

- Pero tú no conoces el camino -

- Pero Zero sí -

- Está bien. La ropa de Zero la tengo yo en mi coche -

- Tranquila, si se ensucia le pasó algo de lo mío, igual creo que somos de la misma talla -

- Está bien, no te tardes y lamento que mi hermanito te esté causando molestias -

- No es molestia -

- Gracias, y te esperamos en casa de papá. Te quiero -

- Nos vemos donde tu papá -

Kaname cortó la llamada y vio como el rostro de Zero se ensombrecía.

- Ella dijo que te quiere -

- Ella, puede decir lo que quiera, eso no cambiará lo que yo siento -

- Yuuki espera que, en este viaje, las cosas entre ustedes se arreglen. Te va a seducir. Cuando volvamos a Nueva York, seremos una familia feliz -

- Cuando volvamos a Nueva York, seremos sólo tú y yo -

Sin dejar que Zero dijera algo más Kaname lo besó y lo volvió a besar. Pocos minutos después entraban en una cabaña rústica, donde se desnudaron el uno al otro entre besos y caricias y tendidos en la alfombra se hicieron el amor. Para Zero esa fue la experiencia más erótica de su vida. Jamás lo habían tomado de esa manera.

Kaname lo había recostado completamente desnudo en la alfombra, mientras deslizaba sus manos llenas de aceite de coco por el pecho de Zero, recorrió con sus manos los brazos de su compañero hasta llegar a sus dedos, luego volvió a subir y está vez acarició su cuello. Zero tenía una respiración irregular y su pulso subió, Kaname lo besó suavemente y pasó su nariz por en cuello del joven.

Kaname se alejó un poco de Zero y aceitó nuevamente sus manos, flexionó levemente las piernas de Zero y comenzó a masajearlas con el aceite.

- ¿Qué haces? -

- Tú solo relájate y disfruta. No suelo hacer esto, así que disfrútalo -

Kaname masajeó las piernas de Zero desde el muslo hasta la punta de sus dedos, lentamente, suavemente. El joven estaba duro y más cuando Kaname pasaba sus dedos por entre sus glúteos, sus testículos y su pene.

- Eres delicioso - dice Kaname a un Zero que estaba a un paso de llegar al orgasmo

- Vamos... tómame - suplicaba Zero

- Que niño más ansioso -

Zero intento calmarse, lo que Kaname estaba haciendo con su cuerpo era algo nuevo para él y lo quería disfrutar, intento relajarse para así poder sentir cada uno de los movimientos del hombre, tras quedar completamente aceitado y con sus músculos mucho más relajados. Se dio la vuelta, tal como Kaname se lo acababa de indicar, allí boca abajo sintió la cálida y húmeda lengua de Kaname rozando su entrada, prontamente un dedo entró en su cuerpo a los pocos minutos el segundo. Estuvieron así por varios minutos, los armónicos gemidos de Zero inundaban la cabaña y la respiración agitada de Kaname eran un acompañamiento perfecto para esos gemidos. Nuevamente Zero estaba tumbado en su espalda con las piernas flexionadas y con un Kaname arrodillado entre sus piernas, masturbándolo con su mano derecha y con tres dedos de su mano izquierda en el interior de Zero.

- Me voy a correr -

- Aguanta, aguanta un poco más mi amor - dice Kaname sin pensarlo

- Me llamaste mi amor - dice Zero

- No lo sé - responde confundido Kaname

- ¿Me amas? - pregunta Zero sentándose en la alfombra

- Zero, eso no importa -

- Me dices amor y no es importante para ti -

- No quise decir eso - se excusa Kaname

- Me quiero ir - dice al momento que se levanta del suelo y camina hasta la ducha

El momento mágico se había arruinado.

Kaname caminó hasta el baño y se encontró con Zero sentado sobre la tapa del excusado llorando silenciosamente.

- Lo siento - dice Kaname al momento que se arrodillaba frente al joven

- Está bien -

- No está bien. Mira, Zero, yo siento muchas cosas por ti, pero aún no sé si es amor, pero no quiero mentirte, quiero ser honesto contigo -

- Kaname, cállate y abrázame -

Cinco horas después Zero llegaba a casa de su padre.

DOCTOR DE CORAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora