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Yuuki estacionó en una casa de infarto, de dos plantas y un jardín enorme. Zero no podía creer que hubiera casas así en Nueva York.

- Vamos ayúdame - dice Yuuki

- Sí -

- Saca las bolsas de la cajuela, yo me llevo a Hana - dice ella.

Zero abrió la cajuela y sacó cuatro bolsas gigantes de mercado y ella se llevó a su hijo menor en brazos, el niño se había quedado dormido y parecía un auténtico angelito, una vez ya en la puerta de la casa, los dos hijos mayores de Yuuki abrieron la puerta.

- Buenas tardes - Saludo muy formalmente Takuma, el hijo mayor - Yo soy Takuma y ella es mi hermana Ruka, es un gusto conocerlo tío -

- El gusto es mío - Respondió Zero impresionado ante el formalismo del adolescente

- Le ayudo con las bolsas - Dice Takuma al momento de tomar dos de las cuatro bolsas

- Yo soy Ruka, y estoy feliz de que estés aquí, Zero - Dice la niña de 10 años con toda su coquetería

- Es un placer conocer a una princesita tan linda con tú - responde Zero besando el dorso de la mano de la pequeña.

- ¡Ruka! - le regaña su hermano mayor

- ¡Ya! Sólo saludaba -

- Ven ayúdame en la cocina - dice Takuma y mirando a Zero - Disculpe a mi hermana -

- Está bien, les ayudo - dice Zero siguiendo a los niños

Una vez que Takuma guardo las compras de su madre y que Ruka colocará los platos para la cena, los cuatro se sentaron en la mesa.

- Este pastel de carne estaba delicioso - dice Zero

- Eso lo hizo mi hermano - dice Ruka - Pero el mousse de chocolate lo prepare yo especialmente para ti, Zero. Te lo puedo en la boca -

- Ruka, no seas molestosa - dice Takuma

- ¡No es justo que solo tú tengas novia! Yo también quiero un novio - dice molesta la niña dejando la mesa para ir por el postre

- Sabía que tenías novia - ríe Yuuki

- ¡Mamá! - grita ruborizado Takuma

- Sí, se llama Sara - dice Ruka llegando con las copas del postre

- ¡Cállate chismosa! -

La cena aparte de deliciosa había sido muy divertida gracias a Takuma y Ruka, una vez que terminaron de comer y Takuma y Ruka comenzaron a hacer sus tareas. Yuuki se dispuso a lavar los platos y Zero le ayudaba secándolos.

- Quédate con nosotros, si somos un estorbo en tu vida, te puedes ir, pero al menos inténtalo, en casa hace falta un hombre -

- No piensas volver con tu esposo -

- Yo volvería feliz, pero es él el que no quiere. Se enredo con esa maldita puta y nos dejó -

- Lo siento -

- No es tu culpa, pero no pierdo las esperanzas -

- ¿Hace cuánto que se separaron? -

- Cinco años -

- Pero Hana tiene cuatro -

- Sí, ya estábamos separados cuando quede embarazada, estoy segura que si Hana nació fue porque él aún siente algo por mí -

- ¿Y si él no regresa nunca? -

- Volverá, además tú me puedes ayudar -

- ¿Yo? -

- Sí, mi esposo es médico igual que tú estoy segura que cuando lo veas el sábado...-

- Quieres que le dé una paliza - ríe Zero

- No, al contrario. Quiero que seas su amigo -

- No creo que me caiga muy bien, después de que el tarado dejó a mi hermanita –

- Estoy segura que ese idiota de su mejor amigo me boicoteo - Zero la mira sin entender - La puta esa es la hermana de su mejor amigo -

Una vez que terminaron con la cocina los dos hermanos se sentaron en la sala al momento que Hana hizo su aparición, en menos de tres minutos la sala era un auténtico desastre, el pequeño lleno todo de pequeñas figuritas de Pokémon, su gran pasión.

- Mamá, quiero un Pokémon para el cumpleaños - dice el niño

- Hana el sábado es cumpleaños de tu hermano, no el tuyo - dice Yuuki

- ¡Quiero un Piplop! - grita molesto Hana

- Tu papá te trajo un Pokémon ayer, ya tienes muchos -

- ¡Ahhhh! Quiero un Piplop - lloraba el niño - Mamá no me quiere -

Zero al ver que su hermana estaba a un paso de perder la paciencia sacó su celular y llamo a Hana que lloraba a todo pulmón.

- Aquí puedes buscar tus Pokemones - dice mostrándole la aplicación de Pokémon Go - Ven que te enseño -

- Tío allí hay uno, es un Eevee - dice feliz el niño jugando por la sala

Yuuki sonreía feliz, sin duda su hermano tenía un toque especial con los niños.

- Vendrás el sábado para el cumpleaños de Takuma -

- Sí, me invitó, aunque dijo que no era aquí en tu casa -

- No la haremos en casa de su padre, es más espaciosa -

- Qué ese hombre vive en un palacio -

- No, pero este año los cumpleaños de los niños le tocan en su casa -

Después de que Hana de quedará dormido y Zero pudiera recuperar su celular, este se marchó, pensaría en la propuesta de su hermana de vivir con ellos y el sábado a eso de las cuatro de la tarde llegó puntual a casa de Yuuki. Para de todos juntos fueran al cumpleaños de Takuma.

Al llegar al estacionamiento de aquella mansión, Zero se sintió abrumado ante tanto lujo, el estacionamiento era ridículamente grande con capacidad para diez coches, la casa era de tres plantas y el jardín parecía un parque, con juegos infantiles y una enorme piscina.

El primero en bajar fue Takuma que corrió hasta la casa, Yuuki tomo de la mano a Hana y Ruka se tomó de la mano de Zero. Cuando llegaron encontraron a una mujer mayor llorando y abrazando a Takuma.

- Aún lo recuerdo, cuando su padre llegó a casa con usted en sus brazos, era tan lindo y pequeñito -

- Nana, todos los años me dices lo mismo - reía Takuma

- Pero es que es verdad, era un bebé tan lindo. Un angelito del cielo -

- Nana, yo era más linda - dice Ruka

- Mi niña Ruka - grita feliz la mujer de ver a la niña y soltando a Takuma la abraza a ella - Usted era una verdadera princesa de cuentos -

- Nana, me despeinas - de queja la niña

- ¿Puedes ir por las cosas al auto? - dice Yuuki déspotamente a la mujer

- Sí, señora Cross - responde la mujer tomando las llaves del auto.

DOCTOR DE CORAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora