«Miéntete, miéntete hasta que el amor que sientes se haga invisible ante los ojos de tu corazón.»
Rin Matsuoka y Haruka Nanase eran actores de la famosa serie Free!, compañeros tanto de trabajo como de vida, jamás se habían plantea...
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"¿Qué coño quieres?" Exclamó furioso abriendo la puerta. Por lo visto su buen humor por la mañana era nulo.
Frente a él había un chico de pelo castaño peinado hacia atrás, sus ojos color esmeralda estaban ocultos tras unas gafas de sol negras. Llevaba unos vaqueros rotos, una camiseta negra y una chaqueta de cuero.
"No me recibas así RinRin." Bromeó guiñándole un ojo mientras se lamia el labio superior con sensualidad.
"Makoto, me has despertado, ¿Para qué tienes teléfono?" Suspiró llevándose las manos a los ojos. "Anda, pasa, ¿A qué venías?"
El Makoto de la serie era muy diferente al Makoto de la realidad, siendo este bastante más lanzado y chulo de lo que en la serie era, aunque en el fondo tenía el mismo corazón noble y dulce que el personaje al que interpretaba. Era un actor increíble, podría decirse que sería capaz de hacer cualquier clase de personaje con cualquier clase de personalidad. No es de extrañar que todas las cadenas televisivas deseasen tenerle en el elenco de protagonistas, él también era de los actores más valorados del momento. La serie Free! había lanzado al estrellato a todos sus protagonistas, los actores secundarios no habían salido tan bien parados, pero igualmente ya eran más conocidos que cuando empezaron.
"Qué pasa, ¿no puedo venir a ver a mi futuro amante o qué?" Al decir eso le dio una palmada en el culo, haciendo que se pusiera rojo de arriba abajo. "Además, hoy tenéis mucho que agradecerme."
Haru se despertó por la discusión de Makoto y Rin, que más que una discusión era un intercambio de opiniones sobre si debería rendirse o no a los encantos de ese sensual castaño. Rin defendía que él no era homosexual, pero Makoto contraatacaba diciéndole que él le haría cambiar de opinión con un simple beso. Cada cosa que el de los ojos verdes decía provocaba que el otro se pusiera más y más rojo, cuando Haru llegó, la cara de su compañero de piso parecía que iba a explotar de un momento a otro. Desde que el castaño conoció a rin había tenido la imperiosa necesidad de hacerle el amor, no sabía muy bien por qué, pero cada vez que le veía sentía como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo. No estaba, para nada, enamorado de él, era la más pura y dura atracción física, pero con semejante planta quién no iba a desear hacerlo con él.
El de los ojos azules apareció en la habitación con una camiseta muy grande que pertenecía a Sousuke, este siempre le daba todo lo que le gustaba, podría decirse que le tenía un poco consentido. Ciertamente sí que llevaban una relación muy rara, pero al conocerse apenas desde que eran niños era bastante normal que su relación hubiera evolucionado de esa manera. De pequeños Haru nunca se separaba de Sousuke, era como su hermano mayor y el ser en toda la Tierra que más admiraba. A medida que fue creciendo aprendió que no podía estar siempre bajo la protección de su amigo y comenzó a hacerse más autónomo, cosa que producía en el corazón de Sousuke un gran sentimiento de nostalgia, él era feliz así, protegiendo a su hermano de todo lo que pudiera rozarle.
