«Miéntete, miéntete hasta que el amor que sientes se haga invisible ante los ojos de tu corazón.»
Rin Matsuoka y Haruka Nanase eran actores de la famosa serie Free!, compañeros tanto de trabajo como de vida, jamás se habían plantea...
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Aquellas palabras llenas de espinas le hicieron sangrar hasta por heridas que creía curadas. Haru miraba atónito a Rin y aunque no quisiera sus ojos mostraban que jamás había estado tan roto por dentro. Tanto daño lo estaba matando, tanto dolor, tanto amor envuelto en resentimiento. Desvió la mirada hacia la pared y no supo que decir porque no sabía si creerle. Tantas habían sido las veces en las que le había abrazado con palabras llenas de sentimiento que en nada quedaban, que no sabía si esa vez sería diferente; No sabía si Rin Matsuoka había cambiado de verdad y su magullado corazón parecía no querer comprobarlo.
"He de irme, Rin..."
"No te vayas todavía..." Susurró y apoyó la mano en su rostro; Estaba frío y ojeroso. Con cuidado le acarició y el gesto de Haru se rompía por momentos. Su roce le estaba haciendo tanto daño como sus palabras. "Dime algo, por favor."
"Nos... Nos veremos en el rodaje, Rin..."
Tras aquellas frías y doloridas palabras abandonó su apartamento, dejándole con disculpas quemándole en la garganta, abrazos incendiándole el estómago y caricias abrasándole los dedos. Tanto tiempo sin estar a su lado le estaba pasando factura y por primera vez desde que renunció a hacer el papel de Liam, deseó no haberlo hecho jamás; Deseó haber hecho la película y deseó seguir teniéndole en su vida.
Dos días pasaron. Dos días llenos de dolor, insomnio y remordimientos. En aquellas 48 horas un nuevo periódico mostró a Haru saliendo de un hotel con una actriz y Rin se sintió morir. Justo como Sousuke le auguró, su cobardía le había llevado a la soledad y el dolor. Le había llevado a ser un mero espectador en la vida de su ser más querido, a ver como otras personas disfrutaban de su amor y compañía y él quedaba relegado al olvido. Ese era el precio a pagar por sus errores... pero, costase lo que costase, estaba dispuesto a volver a jugar un papel principal en su vida; Rin Matsuoka estaba dispuesto a volver a entrar en la vida de Haru, aunque su propio corazón fuese la moneda de cambio.
El set de rodaje de Free! olía a cloro y plástico. Rin cerró los ojos y se dejó embriagar por unos instantes con aquel olor que tan buenos recuerdos le traía. Tener que encarnar a Rin en un momento como el que estaba viviendo era tremendamente doloroso para él, tener que fingir que estaba todo bien con Haru a pesar de que las cosas nunca habían estado tan mal... Por suerte o por desgracia apenas tuvieron un par de escenas juntos y su farsa duró casi lo que dura un suspiro.
Con el pelo aún mojado por las escenas de la piscina Rin comenzó a vestirse con su ropa de calle. Unos nudillos golpearon la puerta de su camerino y antes de darle tiempo a contestar Makoto ya se estaba metiendo dentro, tumbándose en su sofá y bebiéndose sin permiso una de sus latas de coca-cola.
"Hola a ti también." Protestó, sin dejarle ver que una pequeña sonrisa se había esbozado en su rostro; Le caía bien. En el fondo siempre le había caído bien.
