«Miéntete, miéntete hasta que el amor que sientes se haga invisible ante los ojos de tu corazón.»
Rin Matsuoka y Haruka Nanase eran actores de la famosa serie Free!, compañeros tanto de trabajo como de vida, jamás se habían plantea...
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Callamos la voz de nuestros corazones con dulces mentiras;
Cegamos los ojos de nuestras almas con falsos fulgores;
Saciamos la necesidad de nuestros labios con amargos venenos.
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Caminar al lado de Haruka Nanase sin cortarse era complicado, tanto como tratar de apretar entre las manos un puñado de cristales rotos y pretender no sangrar en el intento; Pero aquello a Rin no le importaba. El simple hecho de poder caminar a su lado le llenaba de vida y de esperanza porque él sabía que era el único que podía cerrar sus heridas; Sabía que sus besos y caricias serían el único bálsamo que aliviase su dolor y liberase su corazón del peso que injustamente cargaba; El peso del desamor.
Desamor en el más crudo sentido de la palabra.
Desamor que te cambia el mirar.
Desamor que te impide respirar.
El amor es complicado y parece que cuanto más nos hace sufrir, con mayor desesperación tratamos de aferrarnos a él, a pesar de acabar con el cuerpo y el corazón llenos de heridas que no sanan porque no tienes sus besos. Pero llega un punto en el que desistes, el dolor desborda tus sentidos y decides irte, decides irte para poder lamer tus heridas en soledad y tratar de olvidar el motivo de tus desvelos; Y eso mismo hizo Haruka. Huyó creyendo que debía acabar con ese amor antes de que le destruyese por completo; Pero los sentimientos no funcionan así.
Incontables fueron las noches que Haru pasó en vela pensando en Rin, llorando por Rin.
Incontables fueron las noches que Rin pasó en vela pensando en Haru, bebiendo por Haru.
Hay tantas maneras de afrontar el dolor como personas hay en el mundo y mientras que Haruka se ahogaba en lágrimas, Rin lo hacía en alcohol. Pero un día tanto el llanto como la bebida se acabaron.
Un día, el desamor comenzó a desaparecer, gota a gota, beso a beso.
A su vez, el miedo también desaparecía y daba paso a la valentía, a esa clase de valentía que se adueña de tus actos y te obliga a hacer cosas de las que jamás hubieras visto capaz, te permite volver reales tus más profundos deseos y te sientes vivo, más vivo que nunca.
"La luna está preciosa esta noche." Dijo Rin, con una infantil sonrisa dibujada en el rostro; Por un momento Haru, al verle mirar al cielo con aquel brillo en la mirada, sonrió también.
"Luna llena."
"Navegando en un mar de estrellas." Continuó la frase y hasta sus ojos parecían sonreír.
Habían estado tanto tiempo separados y sufriendo que le parecía irreal tenerle ahí, tan cerca que podría rozarle con los dedos, tan cerca que casi podía sentir su corazón latir, tan acelerado como el suyo.
