poderes (parte 2)

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-Le sirve a Hades...- dijo en un susurro, siente como su pecho aprieta- ¿por qué lo haces?

Ella solo observa el suelo buscando la respuesta a su pregunta como si Lucas la pudiera escuchar pero sabe que no es así y que quizá, el no volvería a su lado jamás.

-No conozco su historia; lamento no responder a tu pregunta que veo que te preocupa. Aunque, No le debió quedar de otra, al menos eso creo- Finalizo alejándose.

Melissa elevo su mirada, observo el horizonte acariciando su collar con preocupación. La distancia es tan dolorosa sin poder llegar a donde él está, su mirada se desvanece entre el hermoso cielo y piensa en lo vacío que es ver el tan maravilloso paisaje sin la persona que te hizo ser feliz.

-¡Prima!- grito leo detrás de Melissa

-¡AH!- se sobre salta- que sucede.

-Tengo que decirte las razones por las que te traje aquí.

-Continua- dijo Melissa.

-El Olimpo hará cosas malas a este mundo, quieren destruirlo, los dioses creen que somos obsoletos para ellos. Hay un dios que opaca la atención de los antiguos y este nunca fue útil y aun así creen en él, por ello eliminaran la humanidad y todo lo creada por ella para traer una que no deje de rezar por ellos nunca mas

-¿Y qué les confirma a ustedes que eso es cierto?- pregunta Melissa sin expresión.

-Una noche mientras observa a la gran luna que se suele observar en esta montaña, un ciervo camino frente a mí, me pregunte que hacia un ciervo tan alto en la montaña y solitario; entonces este me observo y recordé las historias de artemisa y los animales que la acompañan, oh de verdad esa noche nunca la olvidare- el hombre suspiro. El viento se volvió salvaje creía que perdería mi casa saldría volando y yo junto a esta pero no fue así, la imagen de una mujer se junto al ciervo tomando sus cuernos con una mano y su arco en la otra. Temblaba por su fuerte presencia, ella solo dijo "¡mortal!, que noche tan tranquila para cazar y venerar a la luna aunque mucho tiempo para ustedes no podrá ser pues que inútiles se han vuelto"- Finalizo.

Melissa se quedó en silencio no tenía nada que decir si no sabe nada de los dioses hasta el día de hoy que hicieron una gran presencia en su vida, no tenía más información que la ha viso en películas. No es difícil para ella pensar en los dioses siendo capaces de borrar a la humanidad si su propio padre se llevó la vida de su madre este día. Después de una pausa su mente se llenó de dudas a lo que pregunto.

-¿Por qué me dicen esto?

-Tu bien sabes de lo que son capaces los dioses, de llevarse a quien era tú amigo, dejarte sola y así como tu pasara con todos: quedaremos solos hasta que cada uno desparezca y tu como hija de un dios tan poderoso podrás detenerlos junto a tu primo- dijo el hombre con una sonrisa.

-¿Quiere que los asesine?- pregunto Melissa tragando con fuerza.

-Un inmortal no puede morir al menos que otro inmortal lo mate, y ellos no mueren. Solo reencarnan- Contesto el hombre.

-¿Entonces solo debemos intentar "matarlos" hasta que reencarnen en quizá cientos de años?- Pregunto Leo con sus brazos cruzados.

-Exactamente- contesto con simpleza.

-Si no matare a nadie entonces no está mal hacerlo, y para salvar a miles de vidas - Dijo Melissa.

-te apoyare en lo que decidas- le siguió Leo.

Aquel hombre sonrió satisfecho con sus palabras como si eso es lo que estuviera esperando.

Pasan los días y él se encarga de los poderes de Melissa, aun no es capaz de soltar su fuerza, no puede atacar el objetivo de cartón y madera que tiene de frente.

-Sigue intentando- Dijo el hombre.

-Llevo 5 días y 9 horas intentado... Ya no puedo más, no me quiero rendir pero...

-Lo haces, te estas rindiendo.

-Mis rodilla duelen, mis brazos tienen marcas... déjame descansar.

-Inténtalo una vez más.

Los dientes de Melissa se apretaron con molestia, estaba cansada y ya no creía lo suficiente en sí misma como para continuar ni un minuto más... cerro sus ojos y tomo una bocanada de aire para gritar.

-NO CONTINUARE-Grito finalmente.

Mientras su grito se hizo sonar por toda la silenciosa montaña el suelo comenzó a retumbar a su alrededor con el polvo de las rocas girando a su alrededor. Él aire se volvió tan rápido a su alrededor que parecía poder cortarte si lo tocabas, la lastimaba pero no sintió las cortadas hasta que cayo y su furia seso mientras su cuerpo se desplomaba. Su vista esta nublada, y noto que aquel objetivo de cartón y trozos de madera como un muro estaba hecho pedazos.

Aunque ver aquel cartón roto le causo un poco de felicidad no podía evitar sentir el dolor en su cuerpo, resistió el llorar por eso solo quería levantarse pero su cuerpo no reaccionaba. sentía sus heridas dolían y su pecho le apretaba, no podía respirar todo se desvanecía ante ella quería continuar, que el dolor se detuviera y por un momento le temió a la muerte y la imagen de morir y ser llevaba por su padre a una oscuridad eterna le causó pánico.

-N-no me dejes... morir... lobito -dijo con dificultad. 

Estaba implorando con miedo mientras pensaba que quizá el la salvaría otra vez, que ese lobo volvería. Sus lagrimas recorrían su mejillas, pero el no vendría,no pasaría, y lo supo al ver la silueta de su primo cargándola con preocupación.

Ese collar brillo en su pecho y detuvo a su primo preocupado por ella, una honda hizo que la soltara y la dejara caer al suelo. No duele, ese collar hace su trabajo y la está salvando de su maldición tan dominante que oprime su vida... Una vez pudo respirar abrazo a su collar  sollozando, y con su mirada borrosa por sus lagrimas observo una hermosa mariposa revoloteando frente a ella, sin entender porque lloro con mas fuerza al ver esa mariposa.  

-¿Por qué ya nada es tan fácil?, ¿¡POR QUE EL YA NO ESTA!?... ¿Por qué si lo prometió... me dejo?... ¡No quiero esto! Te imploro padre, por favor devuélvelos, devuelve a mi madre, devuélvelo a el. 

Lobo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora