Espinas.

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Melissa esta tan cansada, volvió a su casa y en la oscura y silenciosa sus llantos son los únicos que se escuchan en la gran casa, sumerge su rostro en la fría almohada intentando dormir pero sus ojos están tan hinchados y su cabeza duele tanto como las heridas en su cuerpo que le es imposible dormir. Los recuerdos de su madre y de Lucas aparecen una y otra vez, duele recordar aquellos momentos donde sonreía junto a ellos y ambos fueron arrebatados por un mismo ser, su mismo padre.

10 horas pasan... no puede cerrar los ojos sin que duela, solo observa el vacío en la oscuridad, su cabeza duele tanto que ya pensar en ellos es inútil, solo no piensa en nada y ya no siente nada; que débil esta su mente y su cuerpo en este momento...

-Qué fácil es que pierdas tu voluntad

Hablo una voz fémina con un tono tranquilo y hermoso, te causaba escalofríos de lo tranquila que es su voz. Como si alguien estuviera en la habilitación, pero no había un cuerpo, una boca a quien le perteneciera. no había nadie... Melissa se sumergió en el vacío de su habitación y el de su alma, de repente, todo estaba oscuro, ya no se sentía como si estuviera en su cama si ya no fuera su habitación... un vacío en su pecho la hizo reaccionar, estaba cayendo en un vacío, no podía ver nada y esto la desespero, solo grito mientras solo caía. De repente todo comienza a iluminarse y su cuerpo caer sobre un campo rosas blancas con grandes espinas, su cuerpo se lastima otra vez; levanta su brazo y está sangrando al igual que todo su cuerpo.

Intenta levantarse pero cuando más se afinca entre las rosas sus manos sangran aún más, las rosas blancas se vuelven rojas absorbiendo su sangre pero se detiene, su cuerpo se detiene sin ella querer hacerlo, el lugar se vuelve pesado.

-No puedes controlar tu propia mente y por eso estas ahí, sangrando y llorando. No mereces que Lucas vuelva por ti, ni que el alma tu madre te amé, no mereces mi poder.

En ese momento entiende de quien es esa voz...

-La maldición.

-¿Es así como decidiste llamarme?- Se ríe- soy más que eso, soy tu, soy todo lo que realmente eres. Que lastima ver a mi ama sangrando y llorando, no mereces esto, no merecemos esto.

Melissa sintió pánico por sus palabras, es como si escondiera sus verdaderas intención en unas palabras que intentan ser dulces...

-¿Qué merecemos?

-Mi ama merece descansar, que este doloroso lugar sea hermoso, solo cierra tus ojos aquí y todo sanara y el volverá por ti en ese tiempo- su maldición se volvió tan amable, con una voz que hipnotiza.

Con su cuerpo lastimado hizo un último esfuerzo, afinco con fuerza sus manos entre las rosa y movió sus pierna, aguanto el dolor hasta quedar de rodillas con su cuerpo tambaleante, todo es rojo a su alrededor su sangre las alimento. Ella voltea y allí está de pie a un lado de Melissa observándola con una tierna sonrisa y sus ojos carmesí.

-Yo debería tenerte pánico, debería llorar, debería estar en el suelo llorando como tú lo haces pero...-Hizo una pausa- No te necesito... tu si, al menos que quieras morir por lo fuerte del poder que posees.

-Yo no te necesito y yo sobreviviré sin ti, sé que soy débil ahora pero podre ser fuerte y vencer todo esto y a ti- Contesto con seguridad.

-En algún momento me vas a necesitar, cuando esta guerra absurda empiece, entonces volverás a caer aquí lloriqueando o quizá no, y seas más fuerte, pero algo es seguro, sin mí, serás solo un chiste para los verdaderos dioses - Finalizo burlona.

Lobo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora