Los golpes resuenan con fuerza y la aurora creada por Leonel brilla cada vez más con cada golpe. Él le hace una señal a su prima que tienen que subir hasta allí pero Melissa no sabe impulsarse como lo hace Leonel.
-Tú sabes más de tus poderes yo, lo harás bien- Dice Lucas con una sonrisa.
-Improvisemos, hagamos lo mejor que se nos ocurra- Dice Melissa mirándolo.
Melissa da tres pasos atrás y cierra sus ojos para calmar sus nervios, podrían morir en esta primera pelea pero eso no debía importarle ahora. Ella corre a gran velocidad sobre el césped y sus mano derecha se ilumina alzándola; destellos de color rojo, como si tuviera rayos carmesí alrededor de sus manos. En el segundo que alza su brazo lanza todo el suelo debajo de ella creando rayos carmesí dirigiéndose al cielo y con estos logra elevarse tan alto como para llegar al escudo.
Leonel ya está peleándose con algunos soldados con grandes armaduras brillantes como diamantes pero de color del oro. Inmensos escudos de distintas formas y colores lo rodean mientras pelea con su espala y se protege con ellos, es casi intocable salvo por unos cortes en su hombro. Es impresionante ver lo coordinado que esta y es un completo misterio que tantas cosas tiene guardadas del mismo.
Ella observa como 3 soldados se acercan con sus espadas elevadas, uno frente a ella y los otros dos a su periferia. Cada vez más cerca, Melissa se queda inmóvil, cierra sus ojos hasta escuchar sus armaduras hasta sentir el aire de sus espadas casi tocando sus brazos y cuello, ese instante cae un rayo carmesí, ella abre sus ojos y por inercia lo toma haciéndolo explotar sobre los soldados. Su respiración se entre corta al ver lo que hizo observando su mano derecha sangrando hasta gotear.
-Ahora conoces un poco más de nosotras.
En un susurro que pasa como el aire en su rostro Melissa sabe que es su maldición, pero lo que dice no le molesta solo ve sus sangre brotar y sin importarle lastimarse más atrae otros para esta vez tomarlos con sus dos manos, ella corre hasta más grupos de solados que esta vez son siete y hace lo mismo que con los anteriores.
Lucas relaja su cuerpo aun en el patio trasero de la casa, el frio aire del bosque mueve su cabello. Sus ojos azules cambian a un color similar al fuego y su cuerpo se llena del fuego que tienen de color sus ojos y se convierte en lobo, hace tanto que no lo hacía que se sacude moviendo su blanco pelaje. El salta con sus grandes patas a una velocidad difícil de notar en el ojo humano; sus garras se enganchan en la aureola que es sólida en su superficie, en lo más alto para no ser vistos por las personas en la ciudad.
El lobo con su mirada como el fuego que podría asustarte con solo verlo, los solados retroceden al verlo pero el no duda en abalanzarse sobre ellos y tomar sus cabezas con su gigante mandíbula y masticarlas, la sangre manchaba su pelaje blanco alrededor de su mandíbula. Los solados se abalanzan sobre el aferrándose de su pelaje y clavando sus grandes espadas en las costillas del lobo, este reacciona por el dolor y se sacude sacando las espadas a medio clavar de sus costillas botando también gotas de su sangre sobre ellos, su sangre maldita hace que ellos griten de dolor... su sangre arde como si te quemaran.
El lobo observa a su alrededor topándose con Leonel luchando con los solados, Leonel toma la espada caída de un solado y crea pisos con sus escudos él llega más alto y comienza a lanzar miles de bolas de luz que al llegar a los soldados debajo de él cambian su forma volviéndose más planos para así cortar sus cuellos y hasta atravesar sus armaduras. El lobo al observar eso se convierte en su forma "natural" nuevamente y decide pelear directamente con los solados.
Lucas toma una espada y pelea con los soldados solo a espadas y con cada corte él sonríe hasta sangrar lo suficiente que los solados lo no pueden tocarlo con sus espadas ya que se desintegran. Con la ventaja a su favor clava sus espadas en sus partes más vulnerables que es sus cuellos, ellos sueltan sus espaldas y comienzan a tacarlo a puntos pero cada golpe que les daban y cada golpe que él les devolvía sus cuerpos ardían donde su sangre hiciera contacto, en piel y armadura. Lucas enciende fuego su cuerpo, era tan inmensa la capa de fuego alrededor de él que eran 5 pasos después de él que no podías quemarte, chasquea su dedo y enciende fuego a cada solado con el que su sangre hizo contacto, alrededor de 30 soldados.
Ante tanta brutalidad de ataques de parte de los tres los pocos soldados que quedaron retrocedieron a devolverse y Lucas logro escuchar que Atena ordeno sus regresos. Los tres solo observaron cómo se retiraba casi esfumándose de la nada uno por uno frente a ellos.
-Según lo que escuche, se puede decir que ganamos esta, pero ellos no son nada comparado con los dioses, solo estaban para comprobar lo que somos capaz de hacer- Dijo Lucas con su reparación ligeramente entre cortada
-Debemos mejorar lo que hice hoy solo fue un golpe de suerte realmente no sabía que podía hacer esto- Dice Melissa observando sus palmas manchadas de su sangre.
-Zeus debe estar odiando a su sobrina por poder lanzar rayos como él. Dice Leonel sonriéndole a su prima- Retirare el escudo y la aureola, bajemos antes que regrese la electricidad.
Los tres bajan y la electricidad llega inmediatamente, la casa se ilumina y la puerta principal suena y Leonel sabía que se trataba de uno de los vecinos avisando que la electricidad se normalizo, él va con gusto ya que le agrada socializar pero solo hablar lo adecuado.
Lucas le hace le dice a Melissa para sanar sus heridas y ella lo dirige a la cocina. Ella moja sus manos para quitar la sangre de sus manos y ver sus heridas.
-Ella debió haberte hecho mucho daño como para que ya no te duela ver esas heridas- Dice Lucas en un tono suave y una mirada trise mientras pasaba algodón con cicatrizante en la herida.
Melissa se queda en silencio mientras Lucas la cura, ella observa como la trata suavemente y envuelve sus manos para que sanen mejor sus heridas, ambos se miran y ella corta el silencio.
-También quiero sanar tus heridas.
Antes de que Lucas dijese algo pasa primero un trapo húmedo por su brazo izquierdo para limpiar la sangre, pero al pasar el trapo en todo su brazo nota que ya no hay cortes, como si nada fuera ocurrido.
-Descubrí desde que me escape de aquellas cadenas que mis heridas sanan a los minutos de haberme lastimado.
-Quisiera poder hacer eso- Melissa hace un gesto de tristeza fingida.
Ambos se ríen y Leonel entra en la cocina con una pequeña canasta de galletas distintas.
-¡Vamos a comernosunas buenas galletas!
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Lobo gris.
Fantasyel amor y lealtad que alguien puede tener, te puede llevar a tantas consecuencias pero, también a vivir sentimientos hermosos pero, ¿lo vivirás solo por amor? bajo un mundo de guerra donde aquello que proteges cada día muere en silencio dominada por...