muestras de afecto.

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El joven lobo no pudo descansar en toda la noche, sus ojos se encontraban hinchados y rojos, su boca seca y sin haber comido nada en toda la noche, la culpa lo consume, sabe bien que hizo mal al revelarse pero no es capaz de darse cuenta que no es su culpa al no saber nada, pero ya todo está hecho en algún momento la maldición consumirá a la pequeña creando más que una destrucción de sí misma... sino también del mundo entero.

Qué difícil es despedirte de quien vuelve tu mundo algo maravilloso, con ese brillo maravilloso que florecía de ambos... el lobo quería llorar aún más, no está listo para dejar esto atrás, aún es muy pequeño como para volver amargos sus sentimientos y olvidarla por que él sabe bien que aunque pasen mil años ella será tan dulce para borrar el amargo de sus sentimientos. Borrar ese amor no es fácil, cuando ya has sentido el calor de los buenos sentimientos.

Lentamente seca sus últimas lágrimas y se aleja de la oscuridad que lo rodea para ir al bosque pero Hades lo retiene a lo que se acerca un poco a él con un ligero pánico en sus movimientos.

-Ten los cascabeles que le he hecho a quien es mi hija- Dice con su voz áspera lanzando un pequeño collar de cascabel.

-Hades, ¿de qué se trata esto?, ¿Por qué juegas con nosotros?- pregunto el Lucas mirando el collar, con hermosos detalles azules y plateados.

-¿Nunca te volverás a referir a mí con respeto, no es así?- interrogó el dios.

-No le puedo demostrar respeto cuando poseo rencor, juegas con el destino y le haces daño a quien es tu hija, nunca tendré piedad ante ti- respondió firme con su mirada brillando con furia.

-No creo que sepas de lo hablas lobo.

-Te arrepentirás de todo el daño que le haces, no se engaña a lo que ya está destinado.

-¡Lobo! Tus palabras me han dejado confuso, te has vuelto sabio de la noche a la mañana y eso no lo niego, hablas como si supieras todo y aún eres un joven cachorro, pero perdono tu insolencia, veamos si tienes razón. Ahora llévale el collar a mi hija y calma su maldición con lo que posee dentro.

-¿Tan fácil será?

-No, ella sufrirá muchos dolores cuando su maldición quiera hacerse notar, día y noche será atormentada por eso pero es la única manera. Que te lo afirmo yo.

-Así que esto es como un juego en el que hay que esperar y ver en qué termina sólo es cuestión de tirar el Dardo y ver en donde cae...- Dijo con su expresión de completa furia dirigida a la sombra del dios.

-Estas en lo correcto cachorro, ella no será salvada, pero el collar dirá cuando el dardo acertara en su punto. Y mientras te vas a dárselo dime... ¿Dónde crees que acertara el dardo que has lanzado tu?

Lucas solo se alejó en lo profundo del bosque cubierto de la blanca nieve, su respiración se veía en pequeño humo que se desvanecía al llegar su siguiente exhalación, sus pasos son rápidos y su mirada fija en el camino hasta que llego a casa de Melissa y allí esta ella leyendo un libro de cuentos, está abrigada por una manta roja que llega hasta el suelo con sus mejillas rosadas, al notar la presencia de Lucas de inmediato sonrió aumentando el rosado color de sus mejillas.

-¡Lobito!- exclamo Melissa dejando su libro a un lado para correr donde está el Lucas.

-Hola pequeña...

-¿Qué sucede? - dijo de inmediato notando la tristeza en la mirada del lobo.

-Lo siento... yo quiero que estés a salvo siempre pero...- dijo con lágrimas acariciando su mejillas- debo irme... espero un día entiendas porque rompí esta promesa.

-lobito...

-¡No borrare nunca mis sentimientos por ti!

Esas palabras sorprendieron a la pequeña, a lo que ella también lloro y lo abrazo con su rostro escondido en su cuello.

-Yo siempre te tendré en mi memoria- susurro en su cuello- y quiero que conserves este collar que con esfuerzo logre comprar...

Saco entre la manta un collar de cruz con detalles azules y plateados, entonces Lucas se lo entrego, ambos se miraron con sonrisas tímidas como la primera vez que se vieron frente a frente.

-De alguna forma... esto ya lo esperaba por eso tengo este collar y tú el que te he dado, los dos estábamos listos...

-Yo...

-Desde que mostraste ayer aquella voz no dejaba de decir que esto pasaría... y tiene toda la ra...- el lobo no la dejo continuar, la abrazo fuertemente.

-No dejes que esa voz te atormente, siempre usa ese collar que yo prometo que volveré por ti y solo por ti.

-Gracias- dijo la pequeña tras un largo silencio.

El lobo se adentró al bosque con pequeños pasos mirándola de reojo y antes de desparecerle sonrió y ella le devolvió aquella amplia sonrisa. Melissa se colocó el collar mientras lagrimas caían en la nieve,

 Melissa se colocó el collar mientras lagrimas caían en la nieve,

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Pero en un suspiro entro nuevamente a su casa... debía ser fuerte, lo supo de inmediato al darse cuenta que ya estaba completamente sola, así que tomó esa bocanada de aire y se calmó, como si nada doliera pero su pecho apretaba con fuerza.

Ese día ella sintió que creció un poco más, que este momento de soledad la hizo saltar unos cuantos años mentales...

Lobo gris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora