A Elsa no le emocionaba que los mercados de diferentes reinos se quedarán algunos días en Arendelle, cada puesto tenía cosas curiosas y atrayentes, pero ella no se sentía interesada en nada que ofrecieran, sin embargo esa vez Anna la invitó al reino para recorrer las tiendas juntas como lo hacían antes. Elsa no quería ir sola, así que le pidió a Honeymaren la acompañara.
Después de medio día dando vueltas alrededor de los puestos, Anna se había olvidado de Elsa y enfocado en su nueva compañera de compras. Anna estaba emocionada viendo y comprando cada articulo que llamara minimamente su atención, Honeymaren la seguía y hacía lo mismo. La mayor se rasco la frente cansada, incluso los hombres de nieve que convocó para cargar las bolsas de Honeymaren se veían agotados. Los hombres del servicio que acompañaban a Anna para ayudar con sus compras ya se sentían sofocados dentro del uniforme y bajo los rayos del sol.
- ¡Mira Elsa, esto seguro le quedará bien a Huggie! - mostró un collar con una placa de plata. Huggie era el reno mascota de ambas, un pequeño reno bebé que casi era como un hijo adoptivo.
- Sí, está bien - movió la cadera para que la morena pudiera tomar el dinero que necesitaba.
- ¿Tú vas a comprar algo?
- No creo. Mis finanzas están arruinadas los próximos meses.
- Pff, solo se vive una vez... ¡Arruinalas un año! - la alentó Anna.
La ojiazul suspiró agotada. Si había una cosa que quería comprar, pero no podía con Honeymaren tan cerca de ella.
- Deberíamos regresar ya al bosque, Huggie seguro esta triste, no lo hemos visto en todo el día.
- ¡Ay! Es cierto. Anna fue muy divertido pasar el día contigo, pero tengo que atender mis obligaciones maternales.
- Totalmente comprensible, ahora ¿Quieres que nos veamos mañana otra vez? En verdad adore pasar tiempo contigo.
- Es mi esposa, no la tuya - gruño Elsa mientras creaba una carroza de hielo para todas las cosas que habían comprado. Nokk miró a Elsa esperando fuera una broma, relinchó agobiado cuando se dio cuenta de que no era un chiste.
La platinada formó un segundo caballo de hielo para que ayudara a Nokk, pero entre los dos aún costaba trabajo mover la carroza, así que creó otros tres acompañantes temporales. Disolvió a los muñecos de nieve para que descansarán.
- Olvide algo en el palacio, te veo en el bosque más tarde ¿bien?
- Bien - se despidieron con un fugaz beso en los labios. Elsa miró el sol esconderse en el horizonte.
Avanzó hacía la única tienda que había llamado su atención. El vendedor la reconoció al instante y se mostró emocionado.
- ¿Reina Elsa, verdad? Es un honor finalmente conocerla - el hombre se inclinó -. Soy Caín, el joyero más prestigioso de Thardenia. Hemos intercambiado correspondencia los últimos meses para este momento.
Elsa asintió repetidamente la cabeza, ella sabía todo eso y solo quería finalizar la compra.
- ¿Terminó mi pedido?
- Por supuesto - se agacho detrás del mostrador y sacó una cajita de madera. Al abrirla se dio cuenta de que el interior era terciopelo y en el medio había una flor hecha de diferentes metales preciosos. Pétalos de oro rosa, tallo de plata, hojas de esmeralda sostenidas por bronce.
- Es una obra maravillosa - Elsa tomó su bolsa de dinero y pagó por el obsequio de aniversario para Honeymaren.
Agradecía que su pedido hubiera finalizado justo a tiempo para la medía noche antes de su aniversario.
Regresó al bosque y encontró a Honeymaren jugando con Huggie y haciéndolo probar las docenas de disfraces que le encontró.
- Hola mami, te extrañe - "dijo Huggie".
Elsa inhaló con tranquilidad, por alguna razón todas las personas en su vida que tenían contacto con los renos podían hablar por ellos.
- Hola Huggie - lo acarició detrás de la oreja -. ¿Sabes que hora es?
Honeymaren giró hacía el cielo y calculo la hora.
- ¿Cerca de media noche?
- Sí, significa que ya es hora de darte esto - le entregó la cajita de madera.
- ¿Eh?
- Ábrelo.
Sus ojos se iluminaron al ver el obsequio de Elsa y de inmediato recordó que día era.
- También te compre algo, pero no sé en que bolsa se quedó - mintió. Ella recordaba que el aniversario sería en dos noches más.
- No es necesario.
- Te lo voy a dar mañana, bueno, hoy más tarde... Temprano.
Elsa bostezó y asintió.
- Mañana te ayudaré a organizar todo esto, por ahora prefiero ir a dormir. ¿Nos vamos?
- En un momento, tengo que consolar a Huggie porque lo deje mucho tiempo solo ¿verdad bebé, verdad que sí? Lo siento tanto mi niño.
Cuando Elsa se fue, Honeymaren se fue corriendo a Arendelle otra vez con la esperanza de que las tiendas no estuvieran cerradas y para su suerte ¡eran veinticuatro horas de servicio! Regresó al bosque exhausta, pero al menos ya tenía el regalo de Elsa.
(***)
- Ella se olvidó nuestro aniversario ¿verdad? - aunque los espíritus no pudieran hablar, Elsa sabía interpretar lo que querían decir: "Sí, lo olvidó por completo"
Suspiró y cerró los ojos. Igual no era del tipo que le gustaba recibir regalos, prefería pasar tiempo con sus seres queridos.
- ¿Creen que haya regresado a Arendelle para comprarme algo?
"Sí, lo hizo. Se cayó en el lado de Regresó. Tú suéter de lana blanca ahora es marrón".
Elsa no sabía si eso era broma o una realidad, los espíritus no tenían la capacidad de modular su voz para el sarcasmo o bromear. Como sea, aunque ir de compras no le había parecido divertido en ningún sentido, Elsa se sentía satisfecha de haber estado junto a su hermana y novia pese a que solo la usaron como burro de carga.
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Elsamaren • Flufftober.
RandomHistorias de Elsa y Honeymaren. One-shots con temática especial por el #Flufftober un reto sacado de #EsDeFanfics