Elsamaren • Flufftober.

8.- Slow dancing.

— Un, dos, tres, un, dos, tres. Brazos arriba Elsa, Honeymaren las piernas no tan separadas.

Kristoff era el maestro, él parecía ser el único motivado en la clase.

— Soy un increíble maestro, pero mecesito que ambas pongan de su parte para que aprendan. Ahora, desde el inicio.

Honeymaren tomo los hombros de Elsa y la platinada volvió a tomarla de la cintura. Otra vez Kristoff les indicó los pasos conforme la música sonaba, nuevamente fracasaron.

— Quizá me equivoqué - las separas y se detuvo a analizarlas un minuto —. Honey, es tu turno de ser la guía.

Ahora Elsa tomaba los hombros de la morena, mientras que la castaña la sostenía de la cintura. Reinició la música y después de un par de pasos volvieron a fallar.

— ¡Waaah! ¡¿Por qué no puedo enseñarles a bailar?!

— Eres terrible como maestro - murmuró Elsa.

— Somos malas bailarinas - menciono Honey.

— Ese es el problema, ambas tienes diferentes opiniones.

— Son hechos - de nuevo hablaron al unísono.

— Para bailar adecuadamente debes conocer a tu pareja, pensar como lo hace, actuar como lo hace, necesitan comunicarse.

— Eso no tiene sentido - exclamo Elsa y Kristoff la calló.

— Inténtalo siquiera.

La platinada suspiro y se dirigió a la morena con una voz más suave a lo usual.

— Odio bailar y no me gusta bailar, solo acepte venir porque tu me dijiste que querías bailar.

— Odio bailar y no me gusta bailar solo vine porque tu me lo pediste.

— ¿Podemos regresar al bosque ahora...? ¿Yo te lo pedí? Acabo de decir que odio bailar ¿por qué te pediría que vinieras conmigo?

— Me enviaste una carta diciendo que te gustaría aprender a bailar y lo querías hacer conmigo como pareja.

— Tú me enviaste una carta a mí diciendo lo mismo.

Ambas se miraron incrédulas. Habían sido atraídas con engaños. Quien sea al que se le haya ocurrido la idea de meter a Elsa y Honeymaren en clases de baile podía considerarse hombre muerto, por que ahora ambas estaban enojadas y eso era peligroso.

(***)

— ¿Cómo les fue a las tortolitas? - pregunto Anna leyendo un libro.

— Descubrieron el truco

— ¡Demonios!

— Y están atrás de mí - señaló la puerta donde Elsa y Honeymaren esperaban la reacción de la reina.

— Oh, oh...