22.- Watching the sunset

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Elsa se recargó en un árbol, cansada y un tanto molesta, pero conservando su sonrisa de siempre. Honeymaren permaneció en el suelo, al lado de Elsa.

- "No me pasará nada, he vivido aquí toda mi vida, conozco cada roca y sendero del bosque" - repitió burlona la ojiazul. Honeymaren ignoró sus provocaciones. Hace unas horas atrás, la morena sufrió un accidente causado por su imprudencia mientras realizaba sus tareas, en consecuencia Elsa tuvo que hacer su trabajo y cuidarla al mismo tiempo.

- Ya cállate - le suplicó, intentando no sonar grosera, pero le resultó imposible. Por fortuna Elsa no se sintió ofendida, de hecho se rió y continuo burlándose -. ¿Me dejarás en paz?

- Sí, perdón - la rodeo con el brazo, acercándola más a ella, depositando un tierno beso en su frente -. ¿Tu pierna mejoró?

- Aún me duele, pero creo que ya puedo caminar - se levantó el pantalón y mostró la hinchazón y tenues coloraciones de rojo y morado desde el tobillo.

- Se ve mal - murmuró la platinada. Dándole un toque frío de su manos disminuyó el dolor de su pierna.

Entonces comenzó el atardecer. Usualmente no era un espectáculo que estuvieran interesadas en observar, pero Honeymaren no quería caminar y Elsa estaba lo suficientemente cansada para cargar a su novia.

El cielo se torno lila, el sol se escondió en el horizonte y la oscuridad envolvió al bosque. Los grillos comenzaron a cantar y las estrellas con la luna iluminaron el cielo.

- Muy bien, sube - Elsa la tomo en sus brazos y la cargo de regreso a la tribu.

- No es necesario, te dije que puedo caminar.

- Prefiero que no lo hagas, podrías lastimarte más

Se resignó y se dejó llevar en brazos hasta el bosque, donde Yelena ayudó a Elsa a cuidar de Honeymaren. Durante algunos días, la morena cojeaba, pero pasado el tiempo volvió a caminar con normalidad, ahora teniendo más cuidado en cada uno de sus pasos para evitarse otra lesión (y burlas).

Después de algunos días, Honeymaren detuvo sus tareas y se quedó mirando el horizonte observando el atardecer.

Elsa la observo a ella. Se acercó y juntas volvieron a mirar el atardecer, platicaron de que era algo bonito aunque fuera un espectáculo recurrente.

Pasados unos días, ambas despertaron temprano para ver el amanecer juntas. El día se sentía diferente en esos momentos, cuando el sol se alzaba en el cielo, la tierra se sentía mágica, pero cuando atardecia el mundo se transformaba en algo más hermoso.

- Prefiero el amanecer - dijo Elsa sosteniendo a Honeymaren en sus brazos.

- El atardecer es más lindo - mencionó la castaña - ambas quedaron en silencio y cuando la luz del sol tocó la copa de los árboles decidieron irse para comenzar sus labores más temprano para tener la tarde libre y tener una cita romántica sin preocupaciones.

Elsamaren • Flufftober. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora