3.- Under the rain.

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Las nubes grises del cielo fueron una alerta en el bosque encantado, sin embargo el par de jóvenes amantes no les interesó en lo más mínimo hasta que la tormenta estaba sobre ellas, de esa forma se refugiaron en una cueva que encontraron con suerte, aunque igual ya estaban empapadas. 

—No pasa nada, decías. No lloverá, decías —recriminó la morena a la platinada exprimiendo su cabello.

 —Lo que yo dije es "no creo que llueva". 

— Sí, te creo, pero mi cabello y ropa no.

Ambas permanecieron en el borde de la entrada de la cueva viendo la lluvia caer y poco a poco formar grandes charcos ahora mojándose los pies. 

—¿Puedes usar tu magia? 

—¿Y hacer qué exactamente? Una pared de hielo y no sabremos cuando deje de llover, un piso de hielo no es opción es estas condiciones, cualquier muñeco de nieve se derretirá con los charcos. 

Siguieron viendo la lluvia hasta que comenzó atardecer y finalmente disminuyo el agua. Tomaron la oportunidad y corrieron de vuelta a la tribu solo para toparse que nuevamente se habían movido de locación. Se quejaron en un grito que fue ahogado con el rugido del cielo. Elsa construyo un refugio de hielo que apenas las reconfortaban, estaban solas, en el frío, bajo la lluvia, de noche. 

— Comienzo a sentirme cansada —bostezó Honeymaren volteando hacía la luna oculta detrás de las montañas. 

La ojiazul consideró las mejores opciones que tenían, realmente no sabía que hacer, sin embargo eso no les impedía intentar algo.

— Intentemos llegar al claro junto las rocas, seguro la tribu estará allá —explicó la platinada recordando con dificultad las palabras de Yelena de aquella mañana —, mencionó que irían allí si había problemas.

— Bien ¿cómo llegamos? Sigue lloviendo — fabricó un paraguas de hielo que claramente le congelaba las manos si lo sostenía mucho tiempo, pero ambas se turnaron para sostenerlo hasta que llegaron a las rocas de los espíritus poco después de la media noche. 

— Fue una noche súper divertida —habló la northuldra fingiendo emoción. 

— Ya sé —la monarca se avergonzó de aquello, esperaba tener una cita normal donde no hubiera espíritus locos, osos acechando, lobos perturbando la noche, demasiado trabajo o lo que sea y cuando el día llegó todo se arruinó por una lluvia que casi había salido de la nada.

— Aún así... Fue lindo pasar tiempo contigo, no hemos salido por un largo rato —se acercó a ella para depositarle un tierno beso en la mejilla. Elsa sonrío después del gesto —. ¿Te gustaría que mañana nos escapemos del bosque y tengamos una cita sin desastres de por medio?

— Eso me encantaría.

Elsamaren • Flufftober. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora