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Amelia

—Hola de nuevo, señorita Amelia.—Dice Dumbledore una vez que le abrí la puerta.

—Hola.—Dije brindando una sonrisa, me hice a un lado para que pudiera entrar, después de él pude ver que alguien venía detrás, era otro hombre de cabello negro azabache un poco largo, utilizaba una túnica del mismo color.

—Señorita Amelia, quiero presentarle al profesor Severus Snape.—Él se me quedó viendo y luego sólo asintió ligeramente en forma de saludo.—Bueno, pero antes debemos saber si ya tienes una respuesta.

—Lo estuve considerando, lo que pasa es que son muchos cambios en un corto tiempo, a pesar de eso, acepto, quiero ir a...—Digo tratando de recordar el nombre.

—Hogwarts.—Dice ayudándome.—Bien, Severus te ayudará para que puedas ir a comprar tus cosas y mañana vendrá alguien a ponerte al corriente con lo aprendido en años anteriores.—Pude ver como desviaba su mirada por encima de mi hombro, voltee y vi a mi madre, ella solo asintió dejándome saber que podía ir con ellos.

—¿Debo de llevar algo?—Pregunto.

—No, llevo lo necesario.—Dice hablando por primera vez el otro hombre.—¿Nos vamos?

—Si, está bien.—Contesto, no podía evitar sentir un ligero nerviosismo.

—Yo me quedaré, necesito hablar con tu madre.—Contesto el hombre de avanzada edad.

Caminé hacia donde estaba mi madre, le di un beso en la mejilla y me despedí, ella solo se limitó a darme un ligero beso en la frente.

—Ve con cuidado.

Me acerqué hasta la puerta siendo seguida por el hombre de túnica negra, una vez que salimos de casa caminamos hasta salir de Privet Drive, él dejó de caminar así que hice lo mismo.

—¿Esperamos algo?—Pregunto viendo que no avanzábamos y ya llevábamos ahí unos minutos.

—Un autobús, nos llevará a un atajo para llegar al lugar en donde debemos comprar.—Dice con la misma voz seria. Pude escuchar el sonido de unas llantas a gran velocidad, después de eso un autobús de tres pisos color morado venía en nuestra dirección. Una vez que estuvo frente a nosotros un joven bajo, iba a hablar, pero no lo logró concretar.—Al Caldero Chorreante.—Menciona el destino dándole unas monedas.

Me hizo una seña para que subiera al autobús, hice lo que me pidió y tomé asiento en uno de los primeros lugares, él hizo lo mismo.

—Te sugiero que te sostengas bien.—Menciona.

No entendía porque lo decía, hasta que el autobús arrancó y me di cuenta de la velocidad a la que iba. Tardé un poco en acostumbrarme, ya que el autobús daba muchas vueltas, por la ventana podía ver que todos actuaban normal.

—Las personas nos pueden vernos.—Menciono asombrada.

—Eso solo pasa con los muggles.

—¿Muggles?—Pregunto interesada ante la nueva palabra.

—Personas sin magia, para ellos este autobús es completamente invisible.—Sólo me limité a asentir, empezaba marearme de tantas vueltas, hasta que el autobús paró de manera abrupta.

—El caldero chorreante.—Dice indicando el destino. Me puse rápidamente de pie y avancé hasta la salida, bajé y luego me aseguré de que él viniera detrás de mí.

—Por aquí.—Menciona mientras entra en el lugar donde nos habían dejado.

—¿Puedo preguntar algo?—Digo mientras observo el interior del lugar, varias personas se nos quedaron viendo, pero luego seguían haciendo sus actividades como si nada.

Mi luz en la oscuridad || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora