Todo Comenzó en Silencio

Capitulo 6

Ya era sábado y Kaia me había invitado a que fuera dormir a su casa, quería hacer un tipo de pijamada cosa que según ella nunca pudo hacer con nadie.

— No se si voy a poder — le dije no muy convencida.

Que saliera por unas horas de casa, era un poco pasable podía soportarlo.

Pero toda una noche se me haría complicado, mamá siempre se levanta a la misma hora pero de igual manera sería peligroso y arriesgado.

— ¿No es por Leigh y Heist verdad? no sé qué pasó realmente, porque mi relación con mi hermano no es muy de contarnos cosas. — explica mi amiga — Pero estuvo muy callado toda la cena lo cual es raro así que supongo que algo pasó.

Siguio insistiendo por varios minutos, y por primera vez en mi vida me di cuenta que no soy la persona más insistente en este mundo. Esa es Kaia.

— Esta bien, está bien voy a intentar convencer a mi madre. — hablo rindiendome.

— Gracias, gracias, gracias — viene a hacia a mi en un intento de abrazarme

— Sin abrazo porfavor — digo un poco incomoda.

— Perfecto, sin abrazo — acepta mi pedido y vuelve a sentarse.

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— ¿COMO QUE ACEPTASTE IR? — me regaña lo hermana apenas le cuento lo que paso.

— Perdon, yo se, yo se — digo rascandome la nuca — No es la mejor idea que tuvo, pero es demasiado insistente y buena manipulando, es increíble la verdad.

Leigh sólo me miraba con mala cara, como si no entendiera porque todo me lo tomaba a chiste, y en realidad no lo hacía era que de verdad era buena manipulando.

— Bien, pero vos decime como vas a decirle a mamá que vamos a estar fuera toda. la. noche. — Leigh se cruza de brazos y eso me intimida.

Solo me encojo de hombros, sin tener ni la más mínima idea de que haría.

— Joder, dejamelo a mi — murmura resoplando — Yo pienso en algo y te cuento el plan luego.

— Si, si, si. No sabes cuanto te agradezco — contesto aplaudiendo contenta. — Te debo una.

— Me debes dos.

Increible como todavía se acordaba de aquella vez.

— Como digas, te debo dos — digo poniendo los ojos en blanco.

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El plan de mi hermana salió bastante bien, nuestra madre se la creyó perfectamente.

Segun nosotras iríamos a dormir a casa de María, y esperábamos profundamente, que no se le ocurriera a la madre de Maria llamar a la nuestra o algo por el estilo.

— Vamos, rapido — le digo a Leigh saliendo por la puerta.

— Nunca crei que haria esto de nuevo — la escucho quejarse — Es como un Deja Vu.

A escondidas a través de la oscuridad, nos acercamos hasta la casa de Los Stein. Y tocamos el timbre como siempre.

esta vez nos abrió un hombre que nunca había visto.

Tenia puesto una chaqueta marrón, el pelo largo hacia arriba pero a los costados más corto, cejas pobladas y una barba incipiente en sus mejillas.

— Hola, amigas de Kai ¿Cierto? — nos da la bienvenida haciendose a un lado para dejarnos pasar.