Capitulo 8

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Al día siguiente cuando me desperté Frey estaba con dos cafés en la mano y me entregó uno.

Me preguntó qué era lo que estaba haciendo la noche anterior en la oscuridad sola.

Pero le replique la misma pregunta y al no responder yo tampoco respondí la suya.

Prefería quedarme ahí que tener que volver y enfrentar a mi madre, pero no era mi casa y eso no era lo que decidiera yo.

Asi que me tocó regresar apenas el café se terminó.

Entre a casa en silencio, nadie parecía estar cerca quizás todavía seguían durmiendo. Avancé deseando no encontrarme con mi madre ni con mi hermana.

— T/N! — alguien me abraza de costado y se exactamente que es Leigh.

Mi madre no me abrazaria asi.

Leigh no me suelta por unos minutos pero al separarse me mira con mala cara, y suelta un golpe en mi hombro derecho.

— Oye, agresiva — le recrimino.

— Tonta, dónde estabas anoche me asustaste. — se nota que no durmio muy bien — Al menos me hubieras llevado contigo.

— Que yo sepa, estabas muy ocupada con un rubio haciendo quien sabe que.

— Si sobre eso, mamá ya lo sabe.

— No cambio de opinión ¿verdad? — Leigh niega con la cabeza — Que desastre...




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Lunes = Colegio = Iglesia = Aburrimiento.

Hoy me tocaria ignorar olimpicamente a Kaia y era algo que no me agradaba en lo absoluto. Odiaba tener que hacerlo pero no tenia otra opción.

— Buen dia — me saluda con una sonrisa y se sienta a mi lado.

— Hola.

— Oye, ¿porque no respondiste mis mensajes ayer? — pregunta un poco desconcertada.

— No tuve tiempo. — respondo cortante.

— ¿No tuviste tiempo ni para avisarme que no podias hablar?

— No.

Odiaba esto, odiaba hacerle esto a ella.

Sabia que mamá tenía a Leigh como espia, Y si mi hermana veía que yo hablaba con Kaia O pasamos tiempo juntas, mamá seguro qué alargaría el castigo.

Al principio creí poder confiar en que mi hermana no diría nada, pero sé que se desmorona bajo la presión de alguien insistiendo, por lo cual largaría todo a mi madre antes de que yo pudiera frenarla.

— Wow, que seriedad — la escucho reir pero no la miro — ¿Esta todo bien?

— Si, el profesor va a hablar... ¿te callas?

Kaia parecio sorprendida pero yo seguia sin mirarla, por fin se callo lo cual me alegro un poco ya que no tendria que seguir siendo una mala persona y despreciarla.

Durante toda la clase cada vez que mi amiga a mi costado me pedia algo se lo pasaba de mala manera y volvia a ignorar el hecho de que estaba alli.

Era super aburrido tener que hacer como que prestaba atencion a la clase y no escuchar chistes y ocurrencias de Kaia. Pero no podía perder la poca libertad que me quedaba, si mamá se enteraba que seguia hablando con ella era muy probable que la perdiera.

Todo Comenzó en SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora