Capítulo 4

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Pocos días pasaron, para ser exactos, cinco días. Kazuha estaba en la biblioteca intentando concentrarse en la tarea que tenia delante, la cual su profesor le había puesto.

Kazuha leía una y otra ves la pregunta, intentando encontrarle sentido, era una pregunta simple de historia, la cual se podía encontrar en cualquier libro, pero por alguna razón, no importaba que libro leyera, no encontraba la respuesta, tampoco era como que tuviera un libro propio para aquella asignatura, o siquiera que el profesor explicara algo, pues este solo se encargaba de mandarle tarea y corregir, nada mas.

Al final, se iba a desesperar, cuando escucho un pequeño ruido en la mesa y, al voltear la mirada, vio al gato blanco que se había subido a la mesa, lo que le provoco una pequeña sonrisa para después acariciarlo.

- ¿También estas aburrido? - pregunto mientras acariciaba la cabeza de aquel felino sin saber si esperar o no una respuesta.

El felino, por su parte, no reaccionaba, solo miraba al chico en cual estaba recargado sobre la mesa junto a muchos papeles y libros, los cuales empezó a mirar.

Kazuha, al ver la reacción del gato río un poco - ¿sabes lo que dice, quieres que te enceñe a leer? Así me podrás ayudar - reía, pues era imposible que el gato leyera, pero admitía que si fuera así se sentiría mas acompañado, le gustaria tener un amigo aparte de su familia, pues esta, a pesar de portarse muy bien con él, no les dejaba asistir a una escuela con los demás niños, aunque desconocía si había niños de su edad en la aldea.

En eso, un pequeño recuerdo se le vino a la mente, un recuerdo sobre la noche que conoció al gato, sus recuerdos eran medio borrosos debido al cansancio de aquella noche, pero si recordaba la voz de un chico y un lugar lleno de arboles de arce.

Recordaba ese lugar, sabia que había sido real, o eso esperaba, pero no sabia como volver a ir allí, por lo que, por instinto, miró al gato, pues, sí, era solo un gato, o eso pensaba, pero podría saber el camino, ya que fue el quien lo guió, por lo que, sin pensarlo mucho, tomo al gato en sus brazos y se fue corriendo de la biblioteca, dejando toda aquella mesa desordenada, lo que claramente molestó a la bruja que custodiaba aquel lugar.

Lisa estaba molesta con aquel niño, debía aprender que debía ordenar las cosas antes de irse, esta ves lo dejaría pasar, pero no la próxima, pues debía aprender mejores modales, no podía ser un niño para siempre.

De mientras, Kazuha fue hacia en patio, dejando al lado al felino quien lo miraba confundido viendo como el chico se ponía sus zapatos, como si fuera a salir, lo que parecía ser así, pues tras ponerse los zapatos rápidamente miró al gato, esperando que este se moviera, lo que no hizo.

- Mh... ¿Puedes llevarme al lugar de la otra noche?

El gato, que lo había escuchado perfectamente, lo ignoró, pues no sabia porque aquel chico quería volver al lugar, ya habian hecho un pacto, no le interesaba que volviera tan pronto pues ese pacto fue algo grande y, a su parecer, desbalanceado, lo que le hacia no tener el poder suficiente para hacer otro, pues ya le costaba estar consciente en la forma de aquel gato.

Kazuha, por su parte, seguida esperando alguna reacción de aquel felino, en cual solo se tumbo para dormir, lo que hizo suspirar a Kazuha, si fuera por él iría solo, pero no sabia donde estaba, y no tenia ganas de perderse, además que desconocía si estaba en las afueras de su casa o no, pues había caminado bastante y algunos lugares de su casa tenia prohibido ir, pues eran ya pequeñas viviendas donde se alojaban los soldados, o bueno, los que quedaban, pues no era tonto y sabia que había menos de los que hubo en el pasado, además de que el lugar donde sabia que era para entrenar, no lo usaban, pues nunca escucho ruidos de espadas provenientes de allí, así que desconocía lo que hacían, o siquiera porque aun estaban allí en primer lugar.

El Pacto 【Tomokazu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora